Su caminar era tranquilo, eran las tres de la madrugada. Se encontraba en la playa paseando. Le gustaba el mar y las playas, pero aunque nadie pudiera creerlo le gustaban al estar desiertas, sin nadie más que él y el silencio.
El silencio, su gran enemigo. Con el silencio sentía el martillear de sus pensamientos retumbando por todo el espacio. Cada voz que le decía que no era más que un farsante y que de nada le valía tanta fiesta, alcohol, drogas y sexo, si después acababa sintiéndose igual de miserable que siempre.
Tal vez pensaba que la cantidad de droga que llevaba en el cuerpo en esos momentos era demasiado alta como si quiera poder escucharse, pero claro que no.
Desde pequeño le habían enseñado a no mostrar lo que sintiera, a ser feliz independientemente de las situaciones. Cuando era pequeño le era fácil, pero finalmente se quebró y se descubrió que era sensible. Estaba triste, muy triste y se sentía idiota por estarlo. Era algo inconcebible, imposible, de ninguna manera podía pasarle eso. Pasando por la adolescencia se metió en terreno peligroso. Se encontraba al borde del precipicio con una basura de notas, fiesta, fiesta y más fiesta, entre otras cosas.
Encontró una pequeña cura. Todos le conocían por ser el alma de la fiesta, decían "es tan alegre", "transmite muy buen rollo", "sin duda la fiesta no sería igual sin él" "ojalá ser él, tiene a todo el instituto detrás de él y con razón", "lo que daría porque me hiciera caso", entre otros muchos comentarios y opiniones. Todos estaban tan ciegos, o es que algunas cosas cambian a las personas más de lo que se cree que pueden hacerlo.
Yoongi se declinó por alucinógenos, le provocaba un sentimiento de euforia el estar en ese estado de total desenfreno y ver cosas alucinantes. El azabache era soñador, y la droga solo le ayudaba a realizar sus sueños por un simple periodo de tres horas.
Al ver que pensaba tanto y que la droga no le había hecho efecto, a pesar de haber tomado una cantidad importante, tomó más sin siquiera pensarlo.
Ahora era su mecanismo de defensa. Se había ido de una gran fiesta que el mismo había planeado, porque el chico que le gustaba se estaba enrrollando con una, genial. Jimin era precioso pero hetero. Problemas.
Decir que le adoraba era poco, ya eran años cayéndosele la baba por él. Triste. Más que nada teniendo en cuenta de que si Yoongi chasqueaba tenía a un buen número tanto de hombres como de mujeres a sus pies. Era alguien deseado.
Últimamente sus alucinaciones se basaban en Jimin, Jimin y más Jimin. Eso le gustaba, por lo menos, hasta que se le pasaba el efecto de la droga. Después caía en la realidad y eso no le gustaba tanto. Al final ellos seguian sin estar juntos y dolía.
Suspiró y se sentó sobre la arena. El sonido de las olas le tranquilizaba,y ahora sólo esperaba que aquello hiciera efecto y empezara a imaginar. Efectivamente Jimin apareció a su lado en unos pocos minutos.
Estaba tan precioso como siempre, vestido con unos pantalones ajustados negros, una camisa blanca holgada y la chaqueta de cuero que tan bien le quedaba. Su pelo estaba revuelto y parecía preocupado. ¿Preocupado? Era la primera vez que Yoongi veía en sus fantasías a un Jimin preocupado.
De repente Jimin empezó a llorar y él confundido y sorprendido se golpeó la cara con las palmas de las manos. «¿Pero qué es esto?» se dijo a si mismo. Intentó levantarse pero estaba mareado, y de repente se sintió perdido, agobiado, malhumorado y muy, muy triste. Pensó que estaba perdiendo el efecto, pero se dijo que era imposible. Buscó el contenido en sus bolsillos para encontrarse con que estaban vacíos.
A continuación sintió un golpe en su mejilla y miró de donde provenía, anonadado:
-¿Acaso eres imbécil? Se te pasa el puto efecto y tú vuelves de nuevo a ello. Tómate un jodido descanso, Min. Vas a morirte si sigues comportandote como un gilipollas.
Yoongi no salía de su asombro. Ahora no sabía si esto era real o parte de su imaginación. No recordaba, no sabía, no nada.
Ahora estaba confundido. Jimin le empujó con rabia y éste cayó de espaldas sobre la arena. Jimin se subió encima de Yoongi y le besó con la misma rabia con la que le empujó. Automáticamente los músculos de Yoongi se relajaron, ese beso se sintió más real que cualquier otro que se había dado antes con Jimin en sus delirios. Sentía la respiración irregular y la humedad de las lágrimas de Jimin sobre sus pálidas mejillas.
Yoongi se sentía aturdido, mareado y nervioso, muy nervioso. Entonces apartó a Jimin y le miró profundamente y cayó en cuenta de que todo lo que había pasado era real, ya que el efecto de la droga se había ido y Jimin seguía con la carita llorosa entre sus pálidas manos.
En realidad Jimin había salido corriendo detrás de él cuando vió que marchó de la fiesta. Caminó a su lado, habló con él pero él parecía retraído, en otro mundo. Hablaba sólo y simuló que se volvía a drogar de nuevo, aunque no hubiera nada con lo que se pudiera drogar. Hasta que miró hacia su lado y se le iluminó levemente la expresión.
Aliviado por pensar que se le había pasado el efecto sin saber cómo reaccionar, Jimin rompe a llorar. Yoongi le mira perplejo y busca algo en sus bolsillos. Entonces Jimin enfurece y le dice:
-¿Acaso eres imbécil? Se te pasa el puto efecto y tú vuelves de nuevo a ello. Tómate un jodido descanso, Min. Vas a morirte si sigues comportandote como un gilipollas.
Jimin le empuja sobre la arena con rabia y sin pensarlo se lanza sobre él para besarle llorando todavía. Yoongi apartó a Jimin y le sostuvo la cara entre sus huesudas manos, tragó saliva con dificultad y después de varios segundos mirándole fijamente susurró temeroso:
-Eres real.
-
por fiiiin algo nuevo ah xd después de una vida sin publicar una mierda me digno a aparecer por aquí. no sé si la idea se entiende, pero espero que sí, comenten lo que creen que le pasó a yoongi ah
NOTA: la droga que toma yoongi es LSD, la que más impacto tiene como alucinógeno.