Guardián

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El Tejedor de sueños
El despertar

El Tejedor de sueños El despertar

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Capítulo uno

Guardián



Con un estruendo que magnificaba el silencio, la puerta de la casucha se vino abajo.

—¿Qué buscas aquí? —pregunta la mujer de raído vestido gris.

—¿Es tu nombre Mudora Gedren? ¿A la que todos llaman la titiritera? — preguntó una voz cantarina, a pesar de que ya conocía la respuesta.

La mujer lo mira con desdén.

—¿Quién quiere saber...?

—¿Eres Mudora Gedren? —repite con calma el joven rubio que acaba de invadir la propiedad.

En una falsa sonrisa, se esconde tácita su afirmación.

—¿Te gustan los cuentos, guardián? — pregunta ella a su vez.

—¿Sabes a qué he venido, mujer?

—¿Quién no conoce la misión del guardián? —en una silla a punto de desplomarse, se sentó la regordeta titiritera. Lucía cansada.

—¿Por qué intentas escapar, si conoces el riesgo?

—¿Estás ciego guardian? ¿O los humos de tu reputación te nublan la visión? — le hablá en un ligero susurro —Mira a tu alrededor éste mundo se está muriendo, agoniza, aquí ya nada es lo que solía ser.  Y el nuevo tejedor sigue sin aparecer;el valle de cristal, no es ahora, más que un bosque de siniestros espejos y la nada se apodera poco a poco del reino. ¿Y tú preguntas, por qué? ¿Quién querría quedarse aquí, hasta desaparecer?

— Hay quienes aún tenemos esperanza —le aseguró el joven.

—Tal vez... Minorías serán. Tengo un obsequio para ti... Ya que te aferras a proteger éste reino.

—Yo no acepto regalos de nadie —el joven replicó con incontenible soberbia.

—Deberías... —sonrió la titiritera —.Haz tu trabajo guardián, esta noche sirves a mis planes;por algo yo soy la titiritera.

El joven empuñó su mano y de la nada un impresionante arco comenzó a tomar forma, primero como si el aire se concentrara al rededor de su puño, después un humo blanco y denso comenzó a dar forma al objeto, empezando por la empuñadura. La mujer lo miró altiva, ni un segundo bajo la cabeza, de sus labios no surgió ni una sola exclamación de ayuda.

El joven tenso la cuerda y apuntó con una flecha de humo al corazón de la titiritera. Ella no se movió.

—¿Dónde está el niño? —le preguntó.

—Ya no hay niños en Ellyson —le respondió sin cambiar su postura.

—¿Dónde está el niño, bruja? —repitió la pregunta. Ella lo sabía, no tenía caso seguir mintiendo, igual la iba a matar.

—Llegaste tarde, guardián. Alguien más llegó primero y logró escapar.

El joven plantó fuerte sus pies en el suelo de madera, no dudó ni cuando sintió la flecha salir disparada hasta atravesar el corazón de la anciana.

La sangre comenzó a fluir tiñendo de rojo el escote de su vestido. La mujer no gritó, se limitó a sonreír; y por arte de su oscura magia, sus últimos pensamientos estallaron en la cabeza del joven como sí fueran ladridos de perros:

<<Ansiaba éste momento... Mi sangre te maldice, guardián... ¿Sabes lo que le pasa al cuerpo de un soñador si muere en éste reino?>>

La bruja se esfumo en una polvareda de dorada arena, antes de que Sky le pudiera contestar. Las paredes de la casucha comenzaron a vibrar, sin la magia de su dueña pronto se iban a derrumbar, el joven salió de aquel lugar;a sus espaldas el bosque de espejos se tragó lo que quedaba de la casa.

Sky contempló su reflejo en uno de aquellos engañosos espejos que nunca te mostraban la verdad.

Él era uno de los guardianes de Ellyson, y  de la torre de los sueños. Y aún así, había fallado una vez más. Un niño estaba extraviado en Ellyson y no lo lograba encontrar.

Todas las pistas que tenía, lo habían conducido a la titiritera, y resultó que ya no estaba en ese lugar, alguien más llegó antes que él. ¿Pero cómo logró escapar?

Se quedó mirando fijamente su reflejo,era muy sencillo obtener respuestas de ellos cuando te urgían de verdad; y encontrar a aquel niño era una prioridad, claro que si no sabías el truco, también era muy fácil perderte en tu siniestro reflejo; de ahí que muchos en Ellyson le temieran al bosque de espejos, muchos más se habían perdido en ellos tragados por sus reflejos.

Sky continuó con su mirada fija en el rostro pálido que le devolvía la mirada al otro lado del espejo; sí, esa era su cara, sí, ese era su cabello, eran sus mismos ojos y su misma boca, incluso aquel atuendo también era su ropa, pero no iba a engañarla él era Sky, el guardián de latorre de los sueños, la luz que guiaba a Ellyson, por eso no miró tras su espalda cuando su reflejo le advirtió lo que había detrás; él sabía que detrás no había nada. Y por fin el reflejo se rindió, giró muy lentamente, mientras Sky se concentraba en el niño que buscaba y de pronto todo cambió.

Sky ya no estaba en el bosque, estaba de pie en una de las calles de Insomnia, la capital de Ellyson. Todo estaba en silencio, sus habitantes se habían resguardado, un frío que calaba hasta los huesos se colaba por cada rincón.

Las pesadillas habían descendido sobre la ciudad.

—¡Mierda!

—¡Mierda!

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⏰ Última actualización: Oct 14, 2022 ⏰

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