10. Incómodo Despertar

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Al día siguiente, Inuyasha y yo despertamos en los brazos del otro. No dijimos nada. Sólo nos levantamos y empezamos a preparar todo para el viaje.

Era de madrugada. Si salimos en los próximos minutos llegaremos a la aldea antes del medio día.

Sango y Miroku se nos unieron luego. Sango no mira a nadie. Su cara está tan roja que parece que está enferma.

Miroku por otro lado, se ve feliz y sonriente. ¡Vaya idiota! Debe haber llevado a Sango al extremo con posiciones extravagantes y comentarios lujuriosos.

Aún así, me siento alegre por ellos. Después de tantos años, por fin hicieron un avance.

-¿Todo bien?- Le pregunto a Sango después de que los chicos dejan la habitación en busca de comida para el viaje. Mi mochila se perdió en el pantano cuando las ramas me jalaron hacia el agua.

Sango se tensa cuando escucha mi voz. Le doy una pequeña sonrisa.

Sus mejillas brillan rojas ardientes. -Pues... sí. Eso creo.- Dice ella tratando de ocultar su vergüenza.

Trato de molestarla un poco. -¿Eso crees? Juraría, por aquellos gritos, que estarías más convencida.-

Sus ojos se abren como platos y me empuja. -¡Kagome! De veras te adoro, pero en esta época esos temas en serio son muy vergonzosos.- Aunque trata de sonar sería, veo la sonrisa dibujarse en sus labios.

-Sango, en mi época nos educan sobre el sexo en la primaria. Acostúmbrate, porque planeo sacarte detalles.- Le digo y ambas explotamos en carcajadas.

Los chicos llegan a la habitación pero no paramos. Al contrario, cuando vemos sus caras de confusión nos reímos más fuerte.

-¿Tú sabes qué pasa?- Pregunta Inuyasha a Miroku.

-Son mujeres. No tratemos de entender lo que sucede.- Contesta muy sabiamente el monje.

Terminamos de empacar y emprendemos el viaje hacia la aldea.

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-Anciana Kaede, que alegría verla.- Saludo a Kaede mientras nos sentamos dentro de su cabaña.

-Hola, Kagome. Me alegra ver que todos llegaron bien. Preparé un poco de Miso.- Dice Kaede terminando de mover el caldero hacia nosotros.

-Que rico huele.- Sango dice.

-Anciana Kaede, ¿tienes algo de zanahorias?- Pregunta Shippo mientras se babea al ver el Miso.

-Claro, Shippo.- La Anciana comienza a repartir la comida y luego de unos minutos todos tenemos nuestros platos y comemos a gusto.

-Y díganme, ¿cómo fue esta batalla?- Pregunta de repente Kaede. Un silencio sepulcral se siembra en la habitación.

Inuyasha fue el primero en hablar. -Nada diferente. Solo otro idiota que le gusta jugar trucos sucios a las personas.- Su cara no deja nada a dudar. Sus ojos cerrados.

Esta batalla no fue como ninguna otra.

-Kaede, ¿qué sabes sobre demonios que utilizan los deseos de las personas para devorar sus almas?- Le pregunto.

Inuyasha para de comer. Centro mis ojos en Kaede.

-¿A qué te refieres, Kagome?- Me mira la anciana.

Noche de Bestias [18+] [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora