Préface

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Las puertas estaban cerradas. Había llegado tarde y nadie acudiría a su llamado. El miedo tiene su línea de partida instalada en sus pies, frío, que comienza a escalar por su cuerpo inundándolo, tiembla de nervios y sus pensamientos se congelan.

Un crujido detrás de él lo saca de su estado, se voltea y se encuentra con la oscuridad. Lo único visible más allá de aquella niebla oscura gobernando el pueblo son los peldaños cubiertos por un manto de hojas otoñales. No debería temer pues a fin de cuentas se hallaba pisando terreno bendito, como si jugara al límite del risco, pero consciente que, si tan solo diera un mal paso, caería. No debía temer, pero lo hacía. Y aquello fue corroborado cuando desde la penumbra una silueta de un hombre se hacía cada vez más visible, acercándose, subiendo por la escalera que debía ser su último lugar de consuelo. Único motivo de esperanza que fue corrompido por aquel ser que se vislumbraba por la escasa luz de la luna cada vez más cerca de él. Su caminar lento lo inquieta.

Cuando aquel monstruo, como realmente merece llamarse, detiene su paso al estar frente a aquel muchacho tembloroso, dice: — ¿No te han dicho que estar solo en la noche es malo?

Taehyung se sorprende que aquella bestia pudiese hablar. Ante la falta de respuesta el hombre vuelve a indagar.

—¿No hablas?

—N-no de-debo hacer caso a las palabras del m-mal...—su voz puede compararse a un fino hilo. Retrocede, tembloroso, su espalda tocando la puerta.

—Niño de Dios, no te pegues tanto a esa puerta. No busques refugio donde no lo hay—Taehyung no comprende a lo que quiere llegar por lo cual opta callar; nota sus manos temblar así que las hace puños a los costados de su pantalón—. Mírame cuando te hablo.

Niega elevar su vista por más que aquello le traiga problemas, ignorando que, frente a él, arrinconándolo, se hallaba su perdición. Definitivamente a aquel ser de incomprensible procedencia no le agradaba la desobediencia, no estaba familiarizado con aquel término y mucho menos con la paciencia. Por aquel motivo es que decide cortar el espacio entre ambos, su pecho roza con la cabeza del castaño quien debido a la cercanía repentina contiene el aire. Siente los dedos de aquel monstruo rozar la piel de su brazo, recorre, lento y tortuoso hasta llegar a su muñeca. Sus dedos se envuelven en ella y Taehyung le permite aquello.

—Muy bien, déjate hacer —el contrario, atrevido, halaga. Lentamente lleva el brazo del moreno hacia su boca, y se toma el atrevimiento de oler su piel, deleitándose de la cercanía y sumisión del muchacho. Pero claro, era consciente que no le quedaba de otra. Seguramente estaba dominado por el miedo.

—¡Ah!

El grito proveniente de Taehyung hace sonreír al monstruo. Sonríe mientras sus dientes se clavan en el antebrazo del chiquillo quien hace el amago de soltarse, sin conseguir nada más allá de dolor.

—Esta, niñito de Dios —el vil ser es quien habla, apartándose, sus labios pintados de rojizo. Observa al castaño, la excitación recorriendo su organismo, triunfante, expectante. Sabía que aquello era el comienzo de la destrucción del muchacho—, es mi marca.


.fleur



Claramente esta parte estará en algún punto de la historia, pero quería dejar en claro que lo más probable es que se alargue e intente escribir la escena muchísimo mejor (porque tampoco digamos que está bien). Ha pasado mucho tiempo que no escribo, así que espero ver avances en mi redacción a lo largo de la obra; eso, solo quería aclarar si luego leen esta parte y está algo distinta. Espero la historia sea de disfrutar 

Perversión 𝄀 kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora