GUARDAESPALDAS

617 72 14
                                    

KAROL PDV

Lo primero que hago al abrir los ojos, es tomar el celular y mandar un mensaje de buenos días a Miguel, ayer le pedí su número.  

Para Miguel: Hola. Buenos días.
Espero despertaras sin dolor por el golpe.

A los pocos minutos contesta.

De Miguel: Hola. Gracias. Todo bien.

Que seco

Para Miguel: ¿Qué vas hacer hoy?

De Miguel: Empezaré a trabajar.

Para Miguel: Que bien,¿Dónde vas a trabajar?

De Miguel : En la constructora de tu familia

Para Miguel: Eso es fantástico, espero poder verte hoy.

Medina tarde en contestar.

De Miguel : Te dejo, tengo que terminar de desayunar para ir al trabajo. Bye.

Para Miguel: Bye
Al final del mensaje dejo el emoticón del beso.

Me levanto de la cama mientras canto a todo pulmón “I’m best de 2ne1” mi grupo favorito. Me dirijo directamente a mi guardarropa, pues ayer antes de dormir tome un baño. Elijo la ropa que me pondré hoy y me paro frente al espejo, mientras sigo cantando y  bailando. Termino de arreglarme, salgo del cuarto y bajo las escaleras, al llegar al final  me encuentro con Eduardo—. Hola, Eddy, ¿cómo amaneció el nuevo presidente?

—Hola, Karol. Demasiado feliz, hermana —contesta con una sonrisa gigantesca.

—Tienes cara de… de...—le digo o no le digo—. Olvidalo.

—Ah, no, ahora me dices de que tengo cara.

—Mmm… pos, pues, de que ayer te dieron.

—¿Me dieron?

—Si, te dieron y no consejos.

—¡Karol!—me reprende, pues hoy si entendió.

Suelto una carcajada—No me regañes, Eduardo. Que tú tiene la culpa de que te diga esto. Porque no fue a mi a la que se le olvido la sábana manchada de salsa catsup.

Además ayer te desapareciste un buen rato con tu amada Raquelita.

Eduardo camina hacia mí y me bombardea de preguntas—. Shhh, ¿Dónde la dejaste?¿Qué sabes de Raquel? ¿Les dijiste a nuestros padres?

Entrecierro los ojos—. Pues la tiré, Eduardo, no pensabas que me iba a quedar con el cadáver escondido ¿O si? Sobre Raquel lo se todo y sobre nuestros padres no les he dicho nada... aún —doy pasos hacia atrás, alejándonos poco a poco— pero en cinco, cuatro — empiezo a contar en forma regresiva— tres, dos, uno, se lo contaré —doy media vuelta y me echo a correr hacia la cocina donde se encuentra mi madre—. ¡Mamaaaaaa!

—¿Qué pasa, Karol? —pregunta, de espaldas, pues está preparando el desayuno.

Antes de poder decir otra palabra, Eduardo me alcanza, con una mano tapa mi boca y con la otra me sujeta de la cintura—¿Qué quieres a cambio de tu silencio? —pregunta en un susurro.

Tomo su mano, alejándola de mis delicados labios—Mmm… —pienso bien la respuesta —cuéntame todo de Miguel, quiero saber hasta qué marca de calzones usa.

—Hecho —me suelta antes de que mi madre gire

—¿Qué me ibas a decir, hija?

—Qué hoy estás más bella que ayer —sonrío.

SI TÚ ME "PINCHES" QUISIERAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora