TAMARA

529 60 45
                                    

LA UNIVERSIDAD.

Abro los ojos más a fuerzas que de ganas y me levanto como zombie. Camino arrastrando los pies, hasta llegar al cuarto de baño, donde prendo mi pequeño reproductor, la primera canción que se escucha es, “Buenos días señor sol de Juan Gabriel” al oír el coro, me pregunto si  alguien me puede decir que tiene de buenos los lunes, no ¿verdad? Nadie ni en mil años encontrará algo bueno en este día. Así que esa canción hoy no me va. Me meto a la ducha y me baño con agua fría, que digo fría, heladisima, pues hace un calor infernal.

Después de medio revivir salgo y me visto para bajar a la cocina donde ya de seguro me está esperando el sargento Medina, para acompañarme  a inscribirme a curso voluntariamente a huevo de la Universidad. No tengo ganas de ir, yo quiero descansar y dormir como un oso perezoso.

Neta, me pregunto por qué Eva, tenía que comer esa mugrosa manzana. Ahorita estuviera  tan agusto, recostada en medio del paraíso, rascándose el ombligo, pero no, la señora Eva, tenía que llevar la contraria y hacernos trabajar y estudiar como burros. De verdad Eva ¿Que tenías en el cerebro?

—Karol —pronuncia Miguel, sacándome de mis atormentados pensamientos.

—Buenos días, por la mañana,Miguel —muestro mi bella sonrisa

—¿Dormiste bien?

—Si gracias, y¿tú?—contesta algo serio, desde el día que nos escapamos y le hice cosquillas para que me perdonara se porta raro, en ocasiones me habla muy bien y en otras como si quisiera poner una barrera entre nosotros.

—Bien, bien, sólo que tengo sueño

—Eso ya no es novedad.

—Lo sé. —Bostezo—. Pero qué le puedo hacer, soy la hija del sueño y pariente de la flojera.

Miguel suelta una pequeña risa—. Perdón, no debia reirme.

—No pidas perdón, Miguel, lo dije para que te rieras —digo y le guiño el ojo.

Miguel se pone rígido ante mi encantador acto y me da la espalda mientras me pregunta—. ¿A qué hora vamos a ir a tu escuela?

—Sólo  desayuno y nos vamos.

—Te espero en el auto —coloca la taza en el lavaplatos y huye de mi, si, huye, porque se muy bien que siente algo, pero no lo admite.

Desayuno más rápido que flash, y salgo de casa para llegar al auto, al que entro sentándome en  la parte del copiloto, sorprendiendo a Miguel,  pues está con los ojos cerrados—. Vamonos. —Me inclino y prendo la radio, esperando que se esté una canción que sea de mi agrado.

—¿Qué haces?

—Prendiendo la radio, ¿no puedo?

—No me refiero a eso, tú debes ir en la parte de atrás, soy tu chofer.

—¿Donde dice que me tengo que sentar atrás?

—Eso es lo correcto, Karol.

—No, no, Miguel, y ya no me digas nada, mejor conduce que se nos hace tarde.

Medina pone los ojos en blanco y enciende el auto y nos ponemos en marcha.

Después de casi una hora llegamos a nuestro destino, pues había mucho tráfico por las tres manifestaciones que hay en la ciudad. Una de ellas era contra el aborto, la otra a favor de éste, la última favor de los matrimonios gay.

—Que ciudad tan loca, de donde soy no pasa esto —pronuncia Miguel, antes de bajar y rodear el auto.

—Te acostumbras, no te preocupes —digo, al salir del carro con la ayuda de él

SI TÚ ME "PINCHES" QUISIERAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora