La perdida

19 2 20
                                    


Con mirada indiferente me diriji a la chica que había recojido en la calle y le pregunte por su nombre, esta me respondió que se llamaba Liliana ,le pregunte su edad y me dijo que tenia 16 años y yo pensé "ja, yo tengo 17", sin embargo me interese en lo que nos comenzó a decir sobre como se enteró del virus Beta-2 y como perdió contacto con su hermana de 14 años.

Su historia es desgarradora, se enteró del brote de la nueva sepa del virus por parte de su padre quien trabajaba en el laboratorio donde se investigaba el virus, su padre llego a casa con fuertes arañazos por todo el cuerpo y le faltaban partes de la piel de la cara, también llego a vomitar en varias ocaciones lo que parecía una mezcla entre sangre y jugos dijestivos, después de eso unos hombres en trajes amarillos entraron a la casa a la fuerza y se lo llevaron pero antes de salir alcanzó a rasguñar a su madre quien de inmediato fue detenida por más hombres en esos trajes especiales, lo peor es que su hermana pequeña aún no regresaba de la secundaria y hasta hace unas horas mantuvo contacto con ella por medio de unos radiotransmisores de onda corta y le dijo que seguía dentro de su salón junto con una amiga suya quien se había desmallado por ver como devoraban al profesor que había salido por ayuda y no logró salir de la escuela, ella me pidió que fuéramos por su hermana y yo le dije que era muy arriesgado y que no me viva a poner en juego mi vida por una niñita quien tal vez ya haya contraído el virus, sin embargo ella solo me dijo que detuviera la camioneta, yo lo hice y ella se bajo con mirada seria, yo le pregunte que que era lo que se proponía, ella contesto que iría ella sola a buscarla pero mi hermana le dijo que ella la acompañaría a buscar a su hermana, bajó su ballesta y su mochila , caminó hacia donde estaba Liliana y le dijo "vámonos" y yo con tono grueso les dije que si se iban yo no las buscaría de nuevo.

Mi hermana solo se rió y me dijo que las esperara aquí y que no me fuera a mover.

Yo me enfureci y arranque la camioneta y me diriji a mi destino pero pronto me detube pensando en que tal vez la niña esa podía seguir sana, es decir, sin el virus en su cuerpo, así que decidí regresar y volver por las chicas pero Liliana me alcanzó en la calle donde las había abandonado y me dijo que arrancara y nos fuéramos, pero yo le pregunte por mi hermana y ella me dijo que ya no podía hacer nada y que la había perdido, en ese momento sentí como si miles de navajas me hicieran millones de cortes por todo el cuerpo seguido de un duro golpe en el estomago que casi me vuela las tripas en mil pedazos, me fui a gran velocidad del lugar tratando de no pensar en como y cuanto habría sufrido mi hermana y que todo era mi culpa por haberla dejado a su suerte así que una vez fuera de la ciudad detuve el vehículo y salí casi vomitando mientras que Liliana no dejaba de llorar por su hermana.

Yo por mi parte no podía sacar de mi mente el por que fui tan arrogante y deje a mi hermana a su suerte y que ahora por mi culpa ella había muerto, traté de controlarme pero no podía, en ese momento Liliana me abrazó y me dijo que ella también había perdido a alguien especial para ella, ambos nos secamos las lágrimas y nos volvimos a la camioneta.

Liliana me preguntó cosas d mi vida y de cosas que gustaba hacer, yo le respondía con un tono entre serio y dulce pero ambos sabíamos que solo tratábamos de contener el llanto, de pronto surgió la pregunta "¿como te llamas?"...

Yo le respondí: "me llamo Leobardo pero mejor dime Lencho"...

Ella me respondió "tu puedes decirme «Lili»"...

Tras un par de minutos escuche unos quejidos de agonía que según yo provenían del este, sin embargo unos segundos después y a plena vista observamos como deboraban a un joven de unos treinta años de edad quien ya ni siquiera tenia la mandíbula inferior así que recordando a mi hermana, acelere y los despedace en varias piezas a los malditos quienes volaron en partes, miembro por miembro, ojo por ojo, cabeza por cabeza, en ese momento sentía como si no hubiera nada que me impidiera hacer lo que yo quisiera y como se me antojara hacerlo, de inmediato una risa macabra salio de mi boca asustando a Lili quien se abrochó su cinturón y parecía como si rezara en silencio...

-Hola amigo@lector espero te esté gustando a tope la historia, si es así sale a like, comenta que te gustaría que ocurriera en los próximos capítulos y no te olvides de comentar y compartir....

EL BROTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora