Namjoon

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15 de mayo. Año 20

Mientras atravesaba el almacén del instituto, que alguna vez fue el refugio para aquellos adolescentes sin rumbo fijo, coloqué un par de sillas en el suelo. Coloqué también un polvoriento pupitre que limpié con mis propias manos. La gente siempre se emociona cuando las cosas llegan a su fin. Hoy es mi último día de instituto. Hace dos semanas se decidió que me iría de allí. No sé si podré volver. Puede que nunca vuelva a ver a mis hyungs y dongsaengs.

Doblé un trozo de papel por la mitad, lo dejé en el pupitre y empuñé un lápiz. Me di cuenta de que no sabía qué escribir. El tiempo pasó sin despedirse. Mientras garabateaba palabras vacías en el papel, la punta del lápiz se rompió emitiendo un breve chasquido. A su vez, la punta se rompió en más fragmentos que emborronaron parte del papel; un papel que había decorado vaga e inconscientemente con la frase “Por favor, sobrevive”. Entre el polvo de grafito y los garabatos se leían cuentos dispersos sobre pobreza, padres, dongsaengs y mudanzas.

Arrugué el papel, lo guardé en mi bolsillo y me levanté. Una nube de polvo rosáceo alzó el vuelo mientras empujaba el pupitre lejos de mí. Antes de emprender el camino hacia la puerta, empañé el cristal de la ventana con mi aliento y dejé grabadas tres palabras. Ninguna palabra de despedida sería suficiente y este fugaz mensaje transmitiría mis pensamientos sin decir nada más. “Encontrémonos otra vez”. Más que una promesa fue un simple deseo de mi parte.

BTS love yourself HYYH: The Notes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora