6. Final.

4.2K 294 75
                                    

Siete meses ya en la jodida clínica. Y creo que había visto pasar más de mil chicas desfallecidas sobre camillas. Joder me quería ir, sentía mucho por qué había pasado esto pero me quería ir ya.

Mis amigas se habían preocupado un poco y se enteraron de que estaba ingresada. Solían ir a verme todos los días, me contaban todo lo que pasaba e incluso lo que iban dando en clase. Por otra parte decidí contarles lo de Matías, parece ser que hablaron con él y también fue a verme, a pesar de aquello era muy simpático y parecía preocupado, me pedía perdón todo el tiempo, un encanto de chico. Él también solía ir a verme todos los días. 

Seguían pesándome, pero ahora cada dos días, según las enfermeras había bajado mucho más. Me daban pastillas, y me llevaban a un tipo de psicólogo, para hablar con un hombre que supuestamente iba a ayudarme, pero a mi me parecía inútil.

-¿Cómo te sientes, Alicia?

Acostada en aquel incómodo sillón verde, mirándo al techo, sin saber que responder.

-No lo sé. Estúpida, quizá. Débil. Con un aspecto horrible. Quiero salir de esa clínica. Estar bien. Como al principio. Sin que todo esto hubiese pasado. Es el infierno, ¿sabe? El jodido infierno. Casi que todos los días pasan camillas con chicas enfermas, o incluso muertas, por delante de la puerta de mi habitación. Yo no quería esto. Mi madre sufre todos los días, mi familia, mis amigas. Por mi culpa solamente.

-¿Qué te hizo llegar aquí?

-El espejo.

Dos horas hablaba con ese hombre, ¿pero por qué iba a sentirme mejor? Solo me hacía preguntas. 

-La hora de comer Alicia. -dijo la enfermera entrando a mi habitación con una bandeja.

-No puedo. -dije yo

-Vamos Ali, si puedes. -animaban mi madre y mis amigas.

Hice un débil intento. Pero os juro que no podía. Otra vez las arcadas.

-De verdad que no puedo, dejadme. -dije

-Yo lo dejo aquí, inténtalo. Dentro de dos horas toca pesarte, recuérdalo, y luego te haremos unas pruebas

-Sí.

 Esa fue mi última conversación con las enfermeras.

15 de enero, recuerdo como mucho las 11:24 de la mañana, la última vez que miré el reloj. Estaban todos allí. En uno de los momentos Matías se quedó a solas conmigo. Me confesó todo.

-No repitas ese tema otra vez. -dije endormecida.

Me confesó que le parecía una chica increíble, pero que cuando sus amigos se enteraron de que hablaba conmigo no supieron aceptarlo. Niñatos. Entonces decidió decirme eso para que los amigos no se andaran con bobadas y burlas.

-Pues vaya que tú también...-le interrumpí con una débil sonrisa.

-La verdad es que ya no quiero saber nada de ellos. No quiero gente así en mi vida.

Que sensible era dios. Lo decía con una cara, con unos ojos de pena que...uff.

Ya estaban todos en la habitación. Yo tenía mucho sueño, me sentía más débil que nunca. Pero algo raro pasaba. Todos me miraban distinto, mi madre me tocaba la frente todo el tiempo como si tuviese fiebre.

-Tengo sueño. -les dije. Y me di la vuelta para caer en un largo sueño. Infinito.

¿Te has preguntado por qué lo cuento en pasado?

De repente, mucha luz. Me despierto. Estoy en el pasillo.

Sacan una camilla de las habitaciones. Una mujer llora sin consuelo. ¿Pero esa no era mi madre? Y más atrás, ¿mis amigas?

-Lo sentimos mucho señora, Alicia ha muerto.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¿Qué os ha parecido? Quizá no era el mejor final pero ahora no es que tenga mucha imaginación y quería que leyerais ya el último capítulo.

Espero que os haya gustado. Gracias por esos pequeños empujoncitos que me dáis. Comentad que os parece, no seáis lectores fantasmas. Y votad si os gusta. Un beso.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 02, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DIARIO DE ANOREXIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora