3. ¿Y ahora qué?

3.8K 183 3
                                    

¿Ya os había hablado de Matías, verdad? Me encantaba, os lo juro, me encantaba. Estaba tan enamorada que era capaz de intentar convencerle a él de que me quisiera. Si, convencerle. 

-Era todo por una apuesta, tú ni me has gustado, ni me gustas, ni me vas a gustar jamás, entiéndelo. A mí no me gustan las gordas.

Eso fue lo último que me dijo. Era incapaz de enterder cómo alguien podía decirte cosas tan bonitas sin sentirlo y de la noche a la mañana, cosas tan feas sin pensar en el daño que causan. Gorda. Eso era, para mí, la palabra más dolorosa de todas. Y más aún cuando luchas por dejar de ser una "gorda". Puto estúpido.

Seguía mirándome al espejo, lo hacía cada día a cada hora, y sinceramente, yo no me veía mejor. ¿De qué servía esto? ¿De qué servía estar sin comer días y días? ¿De qué servía vomitar cuando al fin después de tanto tiempo decides comer algo?

Se me venía todo encima, realmente me gustaba ese chico, además, aunque yo no me veía distinta ante el espejo, sí me sentía más débil, y lo peor de todo...

Mi madre había estado una semana sin venir a casa, tenía una fiesta en la playa con unas amigas y yo obviamente no fui.

-¿Ali, qué te pasa? Estas muy delgada, estás fatal. ¿Qué has estado haciendo?

-Nada, mamá. - y rompí a llorar.

Casualmente cuando llegó yo estaba duchándome, ella entró para saludarme y me vio. Se lo conté todo.

-Iremos a una clínica, allí te tratarán y podrás salir de esto, ya verás, cariño.

Eso era lo peor de todo. Me aterrorizaba. Yo no quería que todo acabase así. ¿Y ahora qué?

DIARIO DE ANOREXIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora