Hidden Wounds; d.s ⚜

D O S 🏥

~Sarah~

Lunes de nuevo. Maldita semana. Anoche no había podido dormir bien.

Flashback

Entré cuidadosamente al consultorio. Alex moriría por escuchar esto. Me di la vuelta pero ahí no estaba Alex. Estaba un señor acostado, aparentemente recién operado.

-Lo siento, me equivoqué de habitación.- susurré. ¿Por qué siempre a mí?.

-No se preocupe señorita.- respondió una señora, al menos su reacción no fue mala.

Giré la manija de la puerta para salir, pero me lo impidieron.

-Espera, ¿eres la doctora Cooper?, ¿no?.- Demonios, la placa de la bata.

-Pues, yo...

-Entonces no se equivocó. La estábamos esperando para que nos diera los resultados de la operación.- volvió a hablar la señora.

-¿Verdad que podré salir hoy de aquí?.

-Lo siento, pero no soy la doctora Cooper. Bueno, ese es mi apellido, pero no soy la doctora que está atendiendo a este paciente, pero no se preocupen, en un momento les mando a la doctora encargada del paciente...

-Seavey.- respondió el paciente.

-Lamento la confusión.- dije para luego salir.

Salí rápidamente al estacionamiento, subí al auto y puse música en mi celular mientras esperaba a mamá y papá.

(...)

Llegamos a casa y nos sentamos directamente a cenar.
La cocinera ya había dejado nuestros platos en el comedor. Filete, de nuevo. Últimamente ha estado cocinando la misma vaina y estoy comenzando a desesperarme. Un día más de comer esto y voy a aborrecer el pescado, sino es que ya lo hago. No tenía mucho apetito, así que solo estaba jugando con el tenedor moviendo el pescado de un lado a otro mientras apoyaba mi cabeza en mi manos.

-Cariño, ¿qué te hemos dicho de subir los codos a la mesa?.- me regañó papá.

-Lo siento.- me acomodé.

-Sarah, tengo que hablar contigo.- aquí va de nuevo.- ¿entraste a la sala del señor Seavey?.- lo sabía.

-Fue un accidente, no sabía que él estaba ahí.

-¿Y por qué habrías de entrar ahí? Les tuve que mentir diciendo que eras una pasante de medicina, sabes que no puedes deambular por el hospital de esa forma.

-Pensé que Alex seguía en esa habitación.- me crucé de brazos molesta.- no incomodaría a los pacientes si me informaran cuando cambian de consultorio a mi amigo.

-No me respondas señorita.- suspiro.- hija, creo que esto te está afectando demasiado. De ahora en adelante si quieres seguir ayudándonos en el hospital lo harás en él área de pediatría junto con tu padre. Tienes totalmente prohibido pisar rehabilitación. ¿Entendido?.

-¡¿Qué?!. Mamá no es justo, solo me equivoqué de habitación.

-Puede que ahora no lo entiendas, pero algún día lo harás.

-¿Y qué con Alex? No puedo irme sin decirle.

-Por Alex tú no te preocupes, yo le aviso. Ahora termina tu cena.

-Perdí el apetito.- dejé la servilleta en la mesa y me levanté.

Subí rápidamente las escaleras. Me encerré en mi cuarto y me puse a recordar todo el tiempo que llevo ayudando a los pacientes de rehabilitación. Me parecía injusto que después de 11 años ahí mi mamá me prohibiera seguir con ello.  Abracé a Fuffy, mi koala de peluche que tengo desde los tres años y me quede dormida.