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—No me mires.—es lo único que pude decir a medida que intentaba esconderme detrás de su cuerpo. Lo oí reír e intentar girar a verme. Tapé mi rostro rápidamente, pero luego recordé que el problema no era solo mi rostro, sino mi cabello y cuerpo también, por lo que me hice pequeño detrás suyo, intentando no ser visible para sus ojos. Pero hyung no iba a rendirse rápidamente e intentó abrazarme. Mi cuerpo reaccionó rápido, tal vez por la vergüenza, pero la temperatura en mi cuerpo se había incrementado y sabía que si no lograba marcar una distancia, sería muy vergonzoso, porque mi rostro delataría lo nervioso que estaba por tenerlo frente a mi.— Vete. Hace calor.—me excusé mientras me abanicaba con mis propias manos y giraba a ver a las demás personas en la fila, quienes me miraban algo molestas por el escándalo. No me gustaba llamar la atención. Me sentí incomodo.

Hyung obedeció rendidamente por las incontables veces que intentó abrazarme y terminaba escondiéndome detrás suyo, pero entonces, cogió mis manos, haciendo que lo abrazara por detrás y sostenga estas sobre su cinturón. Mirándome de reojo, sonrió. Yo por mi lado, pegué mi frente a su nuca para que no pudiera ver mi rostro , seguramente sonrojado. Era lindo abrazarlo, lo supe desde la primera vez que lo hice, aunque no fue fácil admitirlo, y tampoco hacerlo en publico. Odiaba tener miradas sobre mi.

Entre risas y una que otras acciones, llegó nuestro turno en donde debíamos elegir qué comprar para degustar dentro del cine. Yo, por idiota, había olvidado mi cartera, por lo que me hice a un lado y dejé a hyung irse solo. Al cabo de segundos, él giró preguntándome qué sabor de refresco quería, por lo que, con la mayor vergüenza del mundo, respondí fanta. Me estaba odiando por dejar que él pagara solo.
En cambio él, con una sonrisa en su rostro y los pochoclos entre los brazos, me extendió la pequeña botella e hizo que lo siguiera hasta entrar en la sala. No esperaba ver tantas personas en la sala, pero lo habían. La sala estaba repleta para una película infantil. Los lugares de arriba estaban todos ocupados, menos dos en la esquina izquierda. Fue gracioso, sentí que eran especialmente para nosotros. Caminamos hasta allí. La película estaba empezando. Haciamos comentarios random mientras reíamos.

Otro desacuerdo cuando nos sentamos. Quiso pasar su brazo por detrás mio y abrazarme de la cintura. No quería. Se me hacía una posición realmente incomoda al tener que estar inclinándome hacia la izquierda, pero él lo malentendió y lo escuché decirme "¿por qué eres tan inseguro?" al menos unas diez veces. Cosa que no tenía sentido. Sólo quería estar cómodo. No quería que tocara mi grasa, es cierto, pero más allá de eso. era la comodidad de ambos. Y me pareció muy tonto que me haya llamado inseguro por eso, aún más si pensaba que en verdad lo era, porque por lógica, no podrías llamar inseguro a un inseguro, porque eso sólo causaría más inseguridad.

—Éste posabrazos es mío.—claramente era de él, pero necesitaba una excusa para poder acercarme más.

—No. El tuyo está allí, mira.—señaló el que estaba a mi derecha, contra la pared.—éste es mío.

—Es mío. Tú puedes ocupar el otro.—señalé con la perilla el que estaba a su izquierda. Forcejeamos un poco, pero luego de varios minutos, me dejó ganar. Pude acercarme un poco, por lo que intenté ponerme cómodo llevando mis pies sobre sus piernas.

—¿Ves? Hemos llegado tarde.—soltó innecesariamente. En realidad, la función recién estaba empezando.— La próxima vez, invitaré a Taehyung... oh, no. Mejor invitaré a Jin al cine.—quería molestarme, lo sabía y aunque quería no darle el gusto, no pude evitarlo.

—Está bien.—me senté firme, quitando el pie que había dejado sobre sus piernas. Él inmediatamente rió, cogió mi pie y lo volvió a poner sobre él.

— Invitaré a uno una semana, luego al otro... ¿Qué dices?—no respondí.—Es broma.—dijo entre risas. Sus bromas eran pesadas, pero su risa era encantadora.

—Está bien. Invítalos.—giré a verlo con el rostro serio. La poca iluminación hacia que pudiera ver su perfil, ya que estaba mirándome, ambos de frente, él con una sonrisa en los labios. No sé cómo fue, pero de momento a otro, sentí sus labios sobre los míos y aunque me haya parecido tan rápido y me haya molestado que él tomara la iniciativa, seguí lentamente el beso. Fue mágico como todo lo que nos había ocurrido hasta el día de hoy. Jamás pensé congeniar tanto con alguien como lo había hecho con él. Al cabo de segundos, mordí levemente su labio inferior, dando por terminado el beso y volví mi vista al frente.

—Ese soy yo.—bromee al ver que nuestro personaje mostraba rebeldía a lo que su familia esperaba de él. Y tal vez no mentía. El mayor como siempre, se rió de todas y cada una de mis bromas.—Dante parece un tiburón...

—¿Un tiburón? ¡¿Cómo un perro puede parecer un tiburón?!—rió haciéndome reír por la estupidez que había soltado.

—No lo sé. Pero parece...

Entre comentarios, besos y demás, la película iba pasando. Hyung fingía enojo cada vez que adivinaba una escena próxima de la ésta y decía que ya la había visto, aunque era mentira y todas fueron acertaciones con suerte, o tal vez estaba convirtiéndome en vidente y esta era mi primer prueba. Hasta que hubo un silencio largo. Ambos estábamos concentrados en la película, o eso creí hasta sentir la respiración del mayor sobre la parte sensible de mi cuello.

—Me han dicho que te gusta que te llamen daddy...—susurró suavemente en mi oído. Sabía que le gustaba mucho bromear con respecto a ser pasivo, pero no a tal punto de decirme eso en plena sala de cine. Mi cuerpo tembló y sonreí.—mmh... daddy...—gimió falsamente sólo para provocarme. Giré rápidamente y lo besé para que no siguiera. De ser así, sería vergonzoso salir de allí con una terrible erección.

Al terminar el beso, ambos seguimos viendo la película con algo de emoción. Seguimos soltando uno que otro comentario. Cuando giré a verlo, se mostraba tan concentrado y tan lindo. Su perfil era algo que no me cansaría de admirar. Fui impulsado por la ternura y acabé llenando de besos todo su rostro, la pequeña parte que pude, seguí con su cuello, besando cada lunar que veía en su piel, tenía muchos, y yo los amaba. Volví a su rostro, haciéndolo sonreír hasta girar a verme, tan rápidamente que logró asustarme.—¿Por qué eres tan lindo?—irónicamente mi respuesta hubiera sido porque él lo era.

—Jimin...—habló al cabo de unos minutos, estaba mirándome, podía sentirlo, pero mi vista estaba sobre la película, estaba a punto de saber si lo que había dicho era cierto o me había equivocado.— te amo. Me gustas mucho.—y sonreí como el idiota más grande del mundo. Tal vez porque era cierto, o quizás por las palabras que había escuchado. 





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hola, denle amor a esto);

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⏰ Última actualización: May 05, 2018 ⏰

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