capitulo 1 / Mi mejor amigo.

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Era un día templado, la mañana se presentaba y ni siquiera era tan tarde, apenas estaba comenzando el día, el departamento estaba tan helado que se me enfriaban los pies y se me erizaba la piel. Tal vez debería alejarme del balcón, pero la verdad estaba disfrutando mucho de la maravillosa vista hacia el centro de la ciudad de Chicago. El viento revolvía mi cabello, el olor de los colores revoloteaba por el aire y el brillo mínimo del sol se amontonaba en las flores que si las mirabas con anhelo parecía que florecían.

-que miras cerdo estúpido-exclamo el rubio de mi compañero de cuarto, que recién había despertado.

-gracias por el halago-dije restregando mi cara con mi mano.

-¿hiciste café?-pregunto dando un gran bostezo.

-se que te gusta, deje un poco en la cafetera-apunte tratando de no tocar el piso frío, la baldosa en la mañana está como un refrigerador.

-te quedarás ahí o vendrás y me acompañaras a tomar desayuno para irnos a trabajar-adjudico rascando su abdomen-yo entro en un rato más.

-voy a esperar a que termine de contemplar el bello amanecer Yuri-mire agraciado el resplandor del amanecer.

Era un placer servir y cocinar para alguien mas, que no fueran mis padres o mi hermana. Ahora que lo pienso cuando tenía 18 también vivía con Pitchit aún que el se enamoró y me dejó solo, fue uno de mis mejores compañeros, con el que más cómodo me sentía y diablos sigo pensando que hubiese pasado si esa vez todo lo que dije no hubiese sido en vano.

A diferencia de Plisetsky el solía sonreir más, lo de afeminado no puedo compararlo o quitarlo, eso es propio del ruso. Pitchit amaba todo lo que yo amaba, daba unos consejos magníficos, teníamos sueños parecidos; solíamos compartir los mismos sueños, me enseño a no ser tan fracasado y me enseño un poco de tailandés que me sirvió de alguna forma.

-toma yuri-le entregue la taza entre sus manos. Era gracioso tenía la nariz roja, por el frío y parecía un tierno gatito solo le faltaban las orejas.

-a noche, tu cuarto era una auténtica fiesta, ¿sabes cuanto ruido provocabas en este pequeño edificio?-le cuestione bastante molesto, por que apenas me dejo dormir y no e tenido sexo en más de un año, el siempre trae a alguien a este departamento.

-¡ja! ¡eso que!, he tenido mejores idiotas en mi cama-expreso levemente sonrojado.-su pene era chico.. tch.. que desastre.

Cuando conocí a Yuri este solía ser antipático, desgraciado, hasta desequilibrado se le podía decir en ciertas ocasiones.. después de un tiempo se volvió más accesible y apático. Lo de las personas que trae, suelen ser hombres, pero no resiste ante tentaciones de chicas, bueno quien seré yo para jugar a un chico lindo de ojos verdes y excelente físico que sale a la calle y parece un trapo.

-eres un punk rubio lo sabías..-le sonreí complacido, agarrando mi taza para poder saborear mi excelente café.

-¿que planeas hacer hoy? Comer todo el día, quédate en blanco y no poder escribir sobre nada-dijo con un tono sarcástico, mi compañero, largandose a reír.

-ah.. no me bromes, que me frustró.-le reproche haciendo un puchero plañidero.

-sinceramente, puede que sea por tu estado emocional,-lo que decía llamo mi atención- últimamente te e visto decaído, falta algo que encienda tu chispa..

-como bailar, hacer ejercicio, enamorarme, embriagarme, tal vez pelear, comer más de lo normal-empecé a enumerar con mis dedos-viajar, ver series, pintar, ayudar a los demás...

Puta vida: la boda de mi mejor amigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora