¿Alguna vez has escuchado el dicho de "después de la lluvia sale el arcoíris"? O el de "después de la tormenta viene la calma" y tal vez el que dice "después de un final un nuevo comienzo".
Todos estos dichos tienen algo de realidad, siempre después de que pasen cosas malas seguramente vendrán cosas mejores, sin embargo estos dichos te hacen pensar que una vez que acabe la lluvia el arcoíris durará para siempre cuando no es así. Es verdad qué hay periodos donde reina la calma y los problemas se van casi por completo, pero hay que recordar que para que vuelva a salir otro arcoíris y crezcan nuevas flores tiene que volver a llover y tal vez está lluvia dure más o sea más intensa.
Era un día soleado como cualquiera, las personas en el pueblo estaban enfocadas en sus propios quehaceres cotidianos, caminaban por las ahora mejor construidas calles del pueblo. La mayoría de la gente en el pueblo ya no sufría de hambre, los nuevos reyes habían echo de las suyas y habían cumplido sus promesas de ayudar al pueblo, los príncipes que eran muy queridos por el pueblo, su servidumbre y su familia daban interesantes propuestas todos los viernes para el desarrollo del pueblo.
Estos eran otros tiempo, sin embargo la abundancia de las nuevas tierras hacia que nacieran envidias en los reinos vecinos que una que otra vez habían llegado a atacar el pueblo, nada fuera de lo común típicos pleitos entre reinos, pero habían estado siendo más frecuentes de los normal, por eso Boruto y Himawari habían sido entrenados por Kiba y claro el mismísimo "Feroz Uzumaki" para combatir.
Himawari apenas a sus 17 años de edad estaba especializada en el tiro con arco, tenía una puntería envidiable, tal vez la mejor en todo el reino. Sus atributos físicos eran idénticos a los de su madre, exceptuando los hermosos ojos azules que tanto le encantaban a Hinata y las características líneas horizontales en las mejillas.
Boruto con ya 22 años de edad era un experto en combate cuerpo a cuerpo, sin embargo nunca había podido derrotar a su papá. Boruto de ves en cuando acompaña a su papá a hacer cosas del reino puesto que ya tiene la mayoría de edad. Si lo describimos físicamente podemos decir que es igual a su padre.
Los dos hermanos quieren y respetan mucho a sus padres, dan lo mejor de ellos en las pocas batallas en las que han estado presentes.
Himawari se encontraba practicando su puntería en el patio de entrenamientos de castillo, su objetivo era darle a una manzana puesta arriba de la cabeza de Kiba. Era la primera vez que hacía esto, por lo que estaba nerviosa de fallar y matar a Kiba.
-¡No puedo hacerlo!- Himawari bajo el arco que apuntaba a la manzana.
-Claro que puede hacerlo, vamos su puntería nunca falla cuando no está nerviosa. En una misión se tiene que saber controlar los nervios y siempre se pone en riesgo la vida de un compañero- Kiba habló tranquilo intentando infundirle valor a su pequeña subordinada- Si quiere derrotar a su padre hoy tendrá que disparale a esta manzana.
Naruto había prometido entrenar con ellos hoy y poner aprueba sus habilidades de combate, debido a que últimamente habían incrementado el número de ataques.
-¿Y si te mato? No podría vivir con eso- La voz de Himawari se quebraba con solo imaginarse eso.
-No me matara princesa, usted es muy buena, solo relájese e imagine que es una práctica normal- kiba le sonrió.
-Si Kiba pero esto no es una flecha de fogueo, ¡es una real!- Himawari alzó la flecha para que kiba la viera,
-Claro que es una real, ¿O piensa pelear con flechas de fogueo en un combate real? Vamos, no hable y dispare esa flecha- Kiba se escuchó un poco fastidiado, conocía que Himawari no era de las que se deja convencer fácil pero esto ya era excesivo.
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Ser herederos es complicado
FanfictionDespués de que los príncipes de dos poderosos reinos se unieran y tuvieran dos preciosos y queridos hijos el reino prosperaba de maravilla. Sin embargo, Se descubrió que no sólo los buenos dejan legados para que los reemplacen el día de su muerte, s...