Midgard

900 68 3
                                    

****
No es que la noche fuese demasiado oscura, o que los criminales fueran mas de los normales, tampoco era que el cielo se hubiera nublado y amenazara con soltar una tormenta sobre sus cabezas, ni siquiera era porque fuese invierno y el frío les calara los huesos.

Al contrario, era una tranquila noche de verano en la que el ambiente mas cálido de lo acostumbrado en tan fría ciudad,permitía a las personas salir sin pesados abrigos o prendas demasiado voluminosas.

Una noche de lo mas perfecta comparada a las que habían tenido en Manhattan en los últimos meses; y aun con ello la mirada del amigable vecino de Queens comúnmente llamado Spider man, se llenaba de un sentimiento fácilmente ubicado como la resignación hacia un amor no correspondido.

Miraba de reojo al culpable de que se encontrara en ese estado y negaba para sus adentros preguntándose por millonésima vez  desde que se había dado cuenta de sus sentimientos, el como es que había terminado enamorado de un mercenario sociopata tan sumamente inestable.

Suspiro pesadamente mientras abrazaba sus rodillas sentado en aquella azotea, desde la cual veía la ciudad esperando escuchar algo que hiciera su noche un poco mas entretenida y le sacara de la mente al sujeto a su lado quien se había mantenido en un silencio muy inusual tratándose de ese mercenario bocazas.

-si sigues suspirando de esa forma te vas a desinflar - la voz del mercenario le había sacado una sonrisa que ni siquiera se esforzó en ocultar, ya no tenia caso hacerlo y no porque el mayor supiera lo que pasaba por la mente del castaño, sino porque incluso sus intentos por ocultar las cosas eran irremediablemente ridículos y resultaban mas falsos que nada.

-bueno, si eso pasa tu me inflaras de nuevo ¿no?- una sonrisa se había marcado sobre la mascara del mercenario, ese tipo de contestaciones contrariaban mucho a las pesadas e irritantes que solía darle al inicio cuando no llevaban mas de un par de días de conocerse; se había acostumbrado tanto a ese humor hiriente que este mas tranquilo y amistoso le parecía algo de otro mundo.

-quizás lo haga con helio, así tendría un envidiable globo de Spidey- la aparente seriedad en la voz del mercenario había seguido a la pequeña risa del castaño, quien de nueva cuenta recordaba las razones por las que ese sujeto tan ilógico y demente le había parecido tan dulce a su corazón.

*****

Una noche relajada en toda la extension de la palabra en aquel lugar, quizás no silenciosa dados los sonidos que en esa madrugada, donde casi todos dormían, cierto genio de ideas deslumbrantes se mantenía ocupado en su taller, moviéndose de un lado a otro revisando cada pantalla para asegurarse que todo estaba en perfecto orden.

Un bostezo había salido de manera inevitable de sus labios mientras sentía el cansancio comenzar a pesarle sobre los hombros, ese era su tercer día sin dormir y los efectos secundarios estaban causando estragos en su ser.

El calmado sonido de unos pasos logro que en su cansado rostro se formara una cálida sonrisa,  desde que Pepper se había casado, solo existía una persona en el mundo que se enfocaba en bajar a su taller en momentos donde hasta el lograba entender que necesitaba un respiro, o un café, lo que llegara primero a sus manos; siempre ahí como una bocanada de aire fresco, el Capitan se mostraba siempre paciente y perseverante a su lado.

Sintiendo una mano tocar su hombro había volteado encontrándose con la encantadora sonrisa de Rogers quien en su otra mano cargaba un café caliente, a parecer por el vapor que salía de la taza, que por cierto era su favorita.

Tomando la taza entre sus manos dio un sorbo mirando de nuevo hacia la mirada azulina -Creí que los niños buenos se dormían temprano - de nuevo bromeando, Stark cortaba el silencio entre los dos, viendo como el rubio solo negaba con la cabeza mientras en sus labios aquella sonrisa seguía teniendo lugar.

-no podía dormir, supuse que seguirías aquí encerrado, Tony -y ahí estaba de nuevo esa corriente eléctrica en su cuerpo que sentía cada vez que el rubio decía su nombre; en todo ese tiempo aun no lograba encontrar que era exactamente lo que había llamado su atención en primer lugar sobre Steve; quizás su cuerpo musculoso, su fuerza descomunal, sus dientes perfectos, su mirada tan profundamente azul que llegaba a tener matices de verde dadas las circunstancias, o tal vez la forma en la que resolvía las cosas, su amabilidad, seguridad, liderazgo, Valentia, nobleza...existían muchas cosas en ese hombre rubio frente a el, y todas y cada una de ellas eran motivos para amarlo como Stark lo hacia.

-no puedes decir eso, hay una ventana abierta- su comentario solo había hecho que Steve negara con la cabeza, mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho

-sabes que no es a eso a lo que me refiero, necesitas descansar- escucho al Capitan hablar, mientras cerraba sus ojos un instante pensando lo que podría sentirse  que Rogers dijera algo mas parecido a "Regresa a la cama, conmigo..."  Pero era claro que esas palabras nunca saldrían de esos suaves labios por mas que lo deseara; un suspiro fue su respuesta a las palabras de Steve antes de darse vuelta de nuevo, tomando otro sorbo de ese delicioso café.

-iré a dormir luego- y con ello aquel hombre de barba había dado por terminada la conversación, mientras regresaba a aquel trabajo que le hacia olvidarse de la maldita indecisión de Rogers, única causa latente del porque el no podía conciliar el sueño sin despertarse a la media hora mas cansado de lo que se había acostado a dormir; sus valores tradicionales eran mas fuertes de lo que pensaba; y ahí estaba el único defecto del Capitan que le hacia pensar nunca podría romper esa barrera de "solo amistad" ....

Dulce y peligrosa diversión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora