Capitulo 1

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Como todos los años, en aquella cuidad se avecina una estación que para algunos es placentera y otros no es totalmente de su agrado. La brisa es cálida, abrazadora, reconfortante al caminar por las calles, queda claro que se está hablando del otoño, los niños se divierten al caminar por encima de las hojas caídas, solo con el hecho, de que su crujir les parece interesante como divertido.

Uno que otros árboles se encuentran en las calles, brotando aquellas hojas que degradan su color al pasar del tiempo, de un hermoso verde para ser un anaranjado, que al verlo se asemejaría al sol, ciertamente un día perfecto para cualquier ciudadano, tan privilegiado de vivir en un lugar como tal.

Aunque en un edificio en particular, con una chica en específico, que está en total desacuerdo con el pensar del día perfecto. Ya que el suyo no fue un paseo por una pradera, rodeada de animales del bosque, que le cante como en los cuentos de hadas.

Trato de olvidar las complicaciones de su día, para encaminarse a su nuevo departamento, al cual llamaría "hogar", una de las razones por las que su actitud desalentadora, sea suplantada por alegría, esa sensación de tener algo que obtienes por luchar con tu propio esfuerzo, sin ayuda de nadie.

- Vamos Adeley, tu puedes con ello, eres una Rinaldi- Se tronó los dedos, decidida de ejecutar la idea más loca que anduvo merodeando por su cabeza, en los últimos 75 minutos, en los que sin éxito, no tuvo resultados en abrir la dichosa puerta, con las llaves que le entrego el conserje del edificio.

Tomo una respiración profunda, sus pulmones recibieron gustosos el oxígeno, calmándola un poco en el acto, ya que trato de tener pensamientos positivos para no arruinar la idea de vivir sola, en su propio espacio donde habitará el tiempo que ella decida. Ahora lo que procederá, es que en su revoltosa cabeza perturbada en estrés, quiera derrumbar el primer día la puerta a patadas, eufóricamente.

Suspiro, dudando un poco al principio - Esto es peor que pelear con Minseok, cuando éramos niños por el control de la tele- Remangándose la sudadera de los brazos decidida.

Pero con solo la primera, se le entumeció la pierna, vociferando blasfemias al aire, retorciéndose en el suelo del agudo dolor que va desde la planta del pie, elevándose hasta la rodilla, erizándole los vellos del cuerpo, por tal mal sabor de boca que le dio su acto de niñería.

Resignada, con el ánimo en el mismo centro de la tierra, se sentó en el suelo, con la espalda apoyada en la puerta, las piernas atraídas al pecho. Algo la saco de sus pensamientos, la reconocible melodía del ascensor al llegar, hizo que fijara toda su atención en ello, las pisadas se dirigen a ella, dejando ver una esbelta mujer, de cabellos rizos rubios, perfectamente atados con uno que otro mechón desalineado, la piel suave color canela de delgada figura, con una vestimenta tan delicada como su rostro, que es tan agradable, sin ninguna pisca de maquillaje. Algo en Adeley hizo que se sintiera cohibida ante su presencia y su penosa situación.

- Cariño que haces aquí solita, ven linda te ayudo a levantarte- Se agacho a la altura en la que se encuentra la castaña Adeley, la tomo con firmeza logrando que con la fuerza que no aparenta, se tambalee perdiendo el equilibrio y recuperándolo a los segundos.

- Trato de entrar al departamento, pero al parecer la llave no da su brazo a torcer- Ríe la castaña con amargura, mostrando a la culpable de su desesperación. Pero al parecer la rubia se sintió su pena.

- Linda, acaso por casualidad ¿tú eres Adeley, cierto?- Pregunto con la expresión serena, aunque Adeley no se sintió tan confiada como antes, al saber que aquella mujer, se le apareciera de la nada, además de estar al tanto de su nombre.

- Sí.

- Soy sobrina de Robert y Clare los antiguos propietarios, ellos acordaron con tu hermano Minseok sobre la remodelación, pero mis tíos tuvieron un percance y me la entregaron para que personalmente te la diera. Lamento las molestias ocasionadas.

No More Unrestricted - Do KyungsooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora