Capítulo 13

13 7 4
                                    

Un fuerte olor a vainilla se colocó sin permiso alguno en sus fosas nasales, la mirada de diversión que le ofrecía aquel hombre extraño con aquella sonrisa burlona se acercó de brazos cruzados a la castaña con total detenimiento y un poco de superioridad -Pensé en ayudarte con este depredador - Dijo el hombre desconocido con una sonrisa encantadora -Pero veo que puedes arreglártelas sola sin importar cuanto puedas mostrarle tu cuerpo a la discoteca. ¡Realmente fascinante!

La vergüenza comenzó a surtir efecto en sus mejillas, no se dio cuenta de la brusquedad de sus actos ni que tanto podría mostrar a tal punto con el vestido que lleva puesto.

- Déjame por lo menos ayudarte a sacar la basura - Extendió la mano de él hacia ella ayudándola a levantarse, la firmeza de su agarre la estremeció un poco, aquella mirada que emitía para ella la tenía descolocada, a decir verdad este hombre en físico se acerca bastante a su tipo, solo en un modo carnal nada sentimental.

El hombre desconocido de gran encanto poso su total atención en la castaña, cerciorándose de si se encontraba bien en su totalidad. El rubio con rabia e impotencia emitió un gruñido frustrado que con dificultad quiso golpearle al desconocido con un derechazo en la nuca, el cual nunca llego.

Había detenido el impacto con sus manos en un solo movimiento de torso -¿Acaso este hombre tiene un ojo en el cuello o qué?- pensó Adeley con total asombro.

La escena era entretenida de ver, no se esforzaba en absoluto en esquivar los golpes desprolijos del rubio, era como jugar con una marioneta, a fin de cuentas con mucha facilidad lo llevo a rastras, al algún lugar fuera de la vista de Adeley, sin antes guiñarle un ojo y regalarle una sonrisa torcida que excitaría a cualquier ser vivo.

Baek y su amiga se dirigieron a la barra a tomar un poco para olvidar el mal trago de ese depredador sexual de cabellos ondulados, una idea un tanto descabellada de Baek según -el pensamiento de Adeley- Era ir a un segundo nivel de diversión.

-¿Quieres divertirte un rato, pequeña traviesa?- Dijo el peli-plateado desde su espalda como un diablillo de mala conciencia con una mirada pícara y llena de perversión.

No le tomo mucha importancia a las palabras de su amigo, ya que su vista esta clavada en un hombre de alrededor de la misma edad que ella. Cuerpo de ensueño, carnosos labios apetecibles, tan ardiente y sensual, que odiaba el deseo que le produce tal hombre, que la hace sentir como una adolescente hormonal, que llego a despertar un deseo sexual en tan poco tiempo, con tan solo posarse en su campo de visión con un olor a vainilla exquisito.

Una risa burlona pudo distinguir en su oreja derecha, su amigo se reía de ella, apoyando su mentón en el hombro de su amiga embelesada por aquel cuerpo - Te dije que hoy no nos iremos sin antes ponerle azúcar al churro, así que te ordeno que te dirijas a los cubículos de allá- señalo el lugar antes nombrado, pero ella sentía un poco de curiosidad y desconfianza.

Vio lo afligida en su mirada para luego decir -Tranquila, nadie sabrá que eres tú, además esos son los famosos cuartos oscuros, no podrás ver nada al igual que el- Comento encogiendo los hombros con total despreocupación, como si él lo haya hecho muchas veces - Lo que se hace en el cuarto oscuro, se queda ahí.

Ella estaba meditando la situación un poco, de alguna manera la estaba convenciendo de ir - Es como un lugar para gente sin compromiso, nada sentimental solo placer.

-¿Se queda en el cuarto oscuro? - Pregunto ella con más confianza de ir.

En un tierno gesto el peli-plateado asintió repetidas veces - Claro, antes que nada, hay una sección - Aclaro con detenimiento y con el interés de su amiga al 100% - Hay uno solo para hombre, otro solo para mujeres y después esta al que tu irías que sería el de ambos, como también el hecho de los privados que es más para una cierta cantidad de personas un poco más reducido.

No More Unrestricted - Do KyungsooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora