#8

395 50 64
                                    

Era el momento, habías quedado que ibas a tener una cita con el esqueleto de huesos largos, no lo ibas a negar, estabas bastante nerviosa porque... Bueno, aunque seguramente habías tenido algún que otro enamoramiento en lo que llevabas de vida, nunca habías tenido una cita formal, lo mínimo que habías llegado en ocasiones era el salir con quien era tu crush a ver alguna película pero rodeada de todos tus amigos o los amigos de esa persona. Por lo que, si, era cierta experiencia nueva que ibas a vivir, siendo lo "mejor" que iba a ser con un monstruo.

Aunque, no lo ibas a negar, papyrus con aquella ropa que usualmente traía le hacía ver bastante atractivo, si fuera un humano posiblemente estarías usando la palabra sexy. Y, aunque fuera un monstruo huesudo con apariencia de maleante que te partirá en dos por alguna razón sentías que muy en el fondo tenía una pizca de dulzura, solamente que no sabía cómo demostrarlo.

Pero aun así, él no era quien te hacía sentir mariposas en el estómago, ni parecía importarte aquello del amor, o tal vez simplemente aun no descubrías que además de las flores en tu cuerpo algo más estaba germinando dentro de ti.

Suspiraste con cierto cansancio, deseabas de alguna manera el poder descansar, dormir en una cama, incluso dejar reposar tus heridas por un rato, desde que habías llegado al subsuelo no podías dejar de estar preocupada por tu supervivencia y el cómo le harías para volver a la superficie. Cuales serían tus siguientes enfrentamientos, y... El quien era esa tal Frisk con la que todos te estaban comparando desde la caída.

Sin tener respuesta alguna caminaste entre toda la nieve que había en Snowdin, te estabas dejando llevar por tus pensamientos los cuales solo te quitaban el tiempo, el cual, en esos momentos era demasiado preciado. No sabias si era el frio del lugar o la culpa de las flores que tu cuerpo había comenzado a adormecerse, por lo que tendrías que caminar con mucho mas apresuro.

En cierto punto, viste una silueta la cual en esos instantes se te hacia muy similar, al ir acercándote mucho más te diste cuenta que era el esqueleto de huesos anchos, más conocido como Sans.

—Hey, dulzura, sobreviviste —se burló sin descaro alguno aquel esqueleto de chaqueta felpuda, tú en respuesta solamente rodaste los ojos, aun no olvidabas que el gordo de Sans te había hecho prometer algo a base de una trampa.

—Sí, y no específicamente a ti, huesos gordos. —se lo restregaste en la cara, él te volteo a ver completamente indignado al momento que le dijiste gordo, llevando una de sus esqueléticas manos a su pecho aparentando una pose diva.

— ¡Me llamaste gordo! —exclamo de forma dramática, para luego voltearte la cara tal cual señora de telenovela. — para tu información, no estoy gordo, estoy lleno de AMOR.

Flowey quien estaba a tu lado desde todo el tiempo dejo escapar una risa burlona, susurrándote al oído una frase con la esperanza que el de pupila roja no lo escuchara "Amor hacia la mostaza, que es lo único que tiene dentro" refiriéndose a lo anterior vivido en su puesto de trabajo. Reíste, y aunque no estuviera enterado de las palabras de la flor Sans supo que hablaron mal de él, por lo que solamente gruño.

—Bueno, bueno, no es momento de pláticas —guardo sus manos en las bolsas de su chaqueta, mientras miraba hacia el frente nevado, suspiro creando una pequeña nube de vapor. — Paps te espera en la casa.

Miraste la cabaña maltratada que tenían ambos hermanos como hogar, si pasabas por frente iba a ser inevitable que el esqueleto menor te viera y tuvieran que tener aquella cita de una vez, por lo que tenías que ir a un punto de guardado por si es que en la cita al otro se le ocurría el matarte.

Sans noto aquella preocupación, por lo que suspiro con agotamiento y volteo su cuerpo completamente frente a ti, acercándose peligrosamente a ti.

[FlowerFell] ⓣⓗⓔ ⓛⓐⓢⓣ ⓗⓞⓟⓔ. (FF.Sans×Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora