capítulo 2

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MoGuanShan era el zorro más joven de su familia, gruñía mucho todo el tiempo y era muy feroz. Si se pudiera describir en pocas palabras serían: alto, fuerte y muy masculino.

Acaban de llegar a vivir a ese hermoso, enorme, un tanto encantado y un tanto tenebroso bosque. Y le gustaba caminar por entre las ramas, buscando cosas para comer, un hongo aquí, una baya por allá.

Guan Shan pertenecía a la familia Mo un grupo nómada de zorros, en inverno sus orejas y sus colas se volvían blancas y las demás estaciones tenían un color rojo cobrizo. Y aunque el cambio de color resultaba sumamente atrayente, últimamente su familia no estaba pasando por el mejor momento de sus vidas, habían tenido un otoño flojo, sin mucha comida y se avecinaba un inverno demasiado crudo.

Debían de conseguir más comida cuanto antes, GuanShan sentía que era su deber salir cada mañana a buscar comida, aunque su madre lo intentaba disuadir, no por ser el hijo del jefe de la jauría tenia que hacerlo, pero el lo hacia. Buscaba aquí y allá, cerca del rio o cerca de las entradas de las cuevas, bajo las piedras y entre los troncos pero el hermoso, enorme, un tanto encantado y un tanto tenebroso bosque, parecía no querer cooperar con él y darle el alimento que su familia tanto necesitaba.

Ese día se había levando con mas decisión y energía que otros días. Comenzó su caminata por el bosque hasta que su nariz sintió un aroma dulce a lo lejos, era como si miles de moras azules estuvieran juntas y eran muy dulces, olio también trigo y leche. Y se le hizo agua la boca.

Siguiendo el olor con cautela, llego a un sendero. Siempre trataba de evitar esos senderos, ya que los humanos los usaban y los humanos eran malos, feos y montoneros.

Sus orejas se movieron de un lado al otro, captando los ruidos y olfateo el aire. Unos segundos después una capa roja apareció a la mitad del sendero. Shan frunció el entrecejo.

Era un humano. Un humano malo, feo y no montonero, ya que Mo espero por más de diez minutos a ver si era acompañado por alguien pero no fue el caso. Se movió entre las hojas acercándose al chico de la capa roja.

¿quién demonios usaba una capa roja, mientras paseaba por el hermoso, enorme, un tanto encantado y un tanto tenebroso bosque?

¿acaso quería atraer a algún ser maligno?  ¿o quizás era un humano idiota o loco?

Afilo la mirada, el chico con capa roja sonreía despreocupadamente.

Si, era un humano idiota y también estaba loco. El chico de cabello negro balanceaba una canasta entre sus manos. Mo se percato que el delicioso aroma provenía de esa canasta. Así que las neuronas dentro de su cabeza se movieron a máxima velocidad y una idea se formo en menos de un milisegundo. Le robaría esa canasta a ese humano malo, feo y no montonero.

Capa roja y el zorro gruñón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora