5 de Agosto, 2015, 10:00AM
Despues de que terminara la bienvenida, nos llevaron a lo que seria nuestro salon por los siguientes 9 meses. Los tres salones de mi grado (Noveno Grado), se encontraban uno al lado del otro.
La espera no fue mucha, y llego el director a decirnos en que salon nos tocaría a cada uno. A mi y a Alex nos toco en la sección dos, junto con otras 28 personas, para un total de 30 en cada salon.
Finalmente, nos dejaron pasar a nuestro salon. Adentro nos esperaba una profesora llamada Alessia Miller, que tenia su nombre escrito en la pizarra con marcador azul.
Los que ya se conocían pasaron al salon corriendo para sentarse todos juntos, pero los que no conocíamos a nadie nos sentamos al azar. Yo me senté en la cuarta fila de las seis disponibles, detrás de una chica y al lado de Alex.
La profesora comenzó a presentarse, y yo característicamente no le preste nada de atención. Alex seguía en el celular, y yo seguía en mi estado continuo de no entender que pasa. Mientras la profesora hablaba, sentí como pasaban los minutos y nada pasaba, hasta que ocurrió algo que solo ocurre en las películas.
A la chica de adelante se le cayo el teléfono, y al voltear a recogerlo note algo. La piel, el rostro, el pelo, todo se me hacia familiar. Todo se me hacia conocido. Ella volteo rápido, pero mientras volteaba yo caí en cuenta de algo. Conozco a esta chica, al igual que conozco el sentimiento que comienza a salir en mi cuerpo.
Esta chica no es una extraña, esta chica la vi a las 2 de la mañana en mi insomnio, al lado de mi casa.
Coincidencia? Si. Pero una coincidencia muy única y muy hermosa, no obstante.
Cuando lo piensas, tenia sentido. Sus papas probablemente la enviaron al colegio que mas cerca tenia. Lo raro, es que terminara en el mismo salon que ella. Miles de pensamientos pasaron en mi cabeza. ¿Y si mi subconsciente almaceno su rostro y me fue acercando a ella gradualmente? ¿Y si esto es obra del destino?
No. Estas cosas no existen, y yo estoy loco. Esa es la única conclusión sana y cuerda.
Tristemente, no pude pensar mas. La campana sonó y teníamos que ir al recreo.
Vi viejos amigos reunirse entre ellos después de las vacaciones, como si se hubiesen visto por primera vez en mil años, y gente contando cada detalle de sus vacaciones (por mas estúpidos y presumidos que sonasen). Y entre toda esa conmoción, la volví a ver a ella, sentada sola en su teléfono, riéndose de algo que vio en Instagram. En ese momento decidí que tenia que dejar de ser un cobarde, hoy era el día que todo cambiaba.
Así que me le fui acercando, y estaba a menos de 5 metros de ella, llego Alex para hablarme.
- "Stalkeando a alguien, chico?", me dijo Alex.
- "Deja las drogas, quería hacer amigos.", le respondí a la defensiva.
- "En ese caso, sígueme. Puede ser que dejes de ser un stalker y te conviertas en alguien decente", me respondio, y salio caminando.
- "No soy un sta...olvidalo", intente decirle, solo para darme cuenta que ya estaba muy lejos.