Oh Sang Woo

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Cap. I

Le crie, le vi crecer en anhelos, cada vez más parecido a su madre, a la mujer por la que caí en el abismo, por la que la blancura de mis ropas solo acrecentaba la oscuridad en mí.

Él siempre me miraba con ojos brillosos, constelaciones en una galaxia oscura, me sonreía con todos los dientes, me hablaba con voz de terciopelo, me besaba con labios de pluma carmín, alejarlo de ese ahora pútrido cadáver fue lo mejor que pude haber hecho, convertirme en su padre fue una bendición, los dioses me dieron la oportunidad perfecta, en mis manos estaba el hijo de una ninfa con la belleza de un ser superior, le convertiría en lo que su madre no fue, un ser puro, lo mantendría tan impoluto como su piel, tan blanco como mi reino.

Fue difícil presentarlo ante mi padre ¿De quién era? ¿De dónde venía? ¿De quién fue el útero del que salió?

-Es mi hijo, un regalo de los dioses ¿Su madre? Una ramera.

Porque eso es lo que era esa mujer, quien no esperó a conocerme, quien estaba sucia, mi padre lo entendió, con una sonrisa dio la bienvenida a mi primogénito, desde ese día Yoon Bum era de la realeza, príncipe del reino alba, hijo de Oh, el país celebró, más no así mi esposa, una noble que aun después de diez años juntos no pudo llenar su vientre con mi hijo, pero poco sabía yo de mi cruel destino, la princesa, envidiosa de la atención a mi niño, me sedujo, usó algún tipo de magia prohibida para que yo entrara a su lecho, sacrificó miles de vidas para que en su vientre creciera una, años después mi segundo hijo nació, abriéndose paso entre las entrañas de su madre, la destrozó dejando un cascaron vacío donde alguna vez existieron órganos y sangre, no lloró, pero sus ojos como si de una lechuza se tratara, permanecieron abiertos desde el momento en que respiró, por algún motivo, la partera murió al verle.

A ese niño maldito, fruto de fuerzas más allá de mi comprensión, mi precioso Yoon le dio un nombre, cuando todos se alejaron de ese monstruo, él fue como un ángel que extendió sus alas, sus brazos arroparon al engendro, quien al fin cerró los ojos.

Era gracioso ver a un niño de siete años cuidar de un recién nacido, la sonrisa de mi príncipe era preciosa cuando estaba al lado del demonio, una criatura que para mí molestia era una réplica exacta de mi juventud, una réplica de mi presente, todo lo que en sus ojos se reflejaba era mi Yoon Bum, todo lo que sus manos querían agarrar era lo que me pertenecía, lo intuí en ese entonces, debí tener más cuidado, debí extraer a ese niño junto al vientre de su madre, culpo a la sangre, al linaje, a la ansiedad secreta de tener a alguien con una parte de mí, debí conformarme con mi ángel, no debí guardar el secreto de ese diablo, no debí dejar que mi tesoro lo conociera, no debí dejar que lo nombrara ni que sus deliciosos labios pronunciaran su nombre.

¡Oh Sang Woo! ¡Cuánto me arrepiento de haberte engendrado!




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Publico el segundo capitulo rápido quién sabe por qué, pero no se acostumbren, advierto que me demoro en publicar.

Ajedrez [Killing Stalking]Where stories live. Discover now