Cap. III
Segador
Ya era común para cualquiera del castillo ver la piel antes impoluta del príncipe mayor convertida en bolas amorfas y violáceas, educación decían, el príncipe fue educado por su padre aunque ninguno de ellos vio una mala acción, ellos escuchaban los gritos, las súplicas, ellos podían ver como el monarca cambiaba, como la sonrisa que antes era sincera demostraba un sinfín de aberraciones, ellos sabían la verdad y la ocultaban, tal como Bum lo hacía en expresiones tristes, en abrazos a su hermano, en amor a éste.
Ellos alguna vez lo vieron, el rey no se molestaba en ocultarlo, podía tomar el delgado cuerpo en cualquier parte del recinto, demostraba a cualquiera que pasase que el niño era suyo. Los sirvientes lo sabían, los nobles lo sospechaban, el pueblo, inocente, celebraba.
A los ojos de Sang Woo no se escapaba ni una pequeña cosa, él sabia el significado de las noches en que su hermano se colaba a su habitación y le abrazaba tan fuerte que creía morir de asfixia, él sabía que era el único refugio de Bum cuando el dolor le era insoportable, él sabía que el mayor se sacrificaba por su bienestar, pero también sabia como terminaría todo eso, ya lo había visto antes en los eones de existencia que pudiera tener su alma, una historia repetitiva que termina con un alma triste destrozada por una impura, y él, no permitiría que le fuera arrebatada la calidez, no, él obtendría más calor, se bañaría en fuego líquido, saborearía la sombra infecta.
Cuando su quinto verano llegó al reino, el más pequeño tuvo un sueño, escondido en un abrazo débil del que una vez fue hermoso, temió, la piel contraria se le hacía fría, el terror a la pérdida y al futuro le hizo verlo, poco quedaba de lo que el mestizo era, las ojeras eran marcadas, la palidez mortífera, los huesos se veían a través de lo que alguna vez fue piel, las cicatrices se veían por todas partes, aun así, las cadavéricas manos le abrazaban con cariño, Sang Woo se abrazó con más fuerza, las horas eran pocas antes de que el segador los visitara, no quiso llorar como un niño, su alma no era infantil, pero su cuerpo si, se odio por el castigo que estaba pagando, se odio por no soñarlo antes y se odio por la única solución que veía, por condenar a quien no lo merecía.
Bum le sonrió con una mueca, le miró con ojos opacos, le besó con labios partidos, podía sentir el aire frio entrar, las ventanas se abrieron como en una tormenta, los velos ondeaban como en el mar, lo veía, había llegado aquel que tomaría a quien le crio, los brazos ajenos cayeron sin fuerza por su piel, el recolector se acercaba, más pudo ver la mueca sombría en el ente cuando una carcajada se escuchó.
-No, no lo arrebatarás de mi –la muerte ya le conocía, él le daba algo de vida, fue su amante alguna vez, uno cruel que pena en su castigo, uno que le sonríe con ironía y le alegra el día.
Lo ve acercarse a lo que ya es el contenedor de un alma, lo ve besar labios muertos, ya es muy vieja como para sentir celos, más lo que siente es peor, se da la vuelta con molestia al ver los belfos colorearse con icor maldito, ya no tiene nada que hacer allí, no hay espíritu para llevar al cielo.
El viento desaparece cuando la oz se pierde en la noche, sus labios arden como instantes antes lo hacían sus ojos, busca el pecho contrario, la marca que vio aparecer hace algunos años había desaparecido, en el corazón se formaron cadenas que los unían, el mismo destino por toda la eternidad, el destino de ser un destructor, el destino de un amante.
Esa noche no habría terminado tan mal si la marca no hubiese sido vista, como en una vieja historia la guerra estallaba en la nación, una visita por ambos reyes fue el primer paso, el segundo fue la vista del rey negro al primogénito, lo intuyó, ansioso destrozó la tela que cubría el tórax, le vio, el último paso fue reconocer a su hijo, idéntico a la reina asesinada, idéntico a la ninfa que perdió.
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Ajedrez [Killing Stalking]
FanfictionSolo es cuestión de mover las piezas correctas, de ganar la mano de la reina. Killing Stalking SangWooxYoonBum Esta historia se basa en un mundo ficticio, uno es donde todo se dividió en dos, en donde la maldad se escondió en la pureza y la inocenci...