No regrets

[A sentiment...]

Parte 1
Un sentimiento

La carta había llegado a Wakanda, Tony no lo sabía solamente siguió la dirección de donde vino el teléfono.

Yacía junto a la mesa de dormir del cuarto que el de ojos azules tomaba cuando iba de visita. Shuri había tratado de forzar a T'Challa a leerla, quería saber cómo era Stark después de todo, pero su hermano se negó y optó por dejarla dentro de aquella habitación. Así, el objeto inerte espero...y espero...y espero a que su dueño volviera y leyera los sentimientos que moría por emanar. Por contar los sentimientos atrapados de un azabache lastimado y orgulloso que no podía admitir la verdad de las cosas. Por ser la esperanza en un poco de oscuridad dentro de un corazón triste.

Sin embargo...no fue abierta.

...los objetos inertes no tienen la capacidad de hablar con el ser humano y, sin embargo, algunos de ellos llegan a presenciar los peores y mejores momentos de nuestra vida. Hay objetos que llegamos a considerar más "vivos" que otros. Un oso de peluche, por ejemplo, llega a ser el compañero fiel y protector de un infante con mucha imaginación. En cambio, una hoja de papel siempre será eso y nada más, una simple hoja de papel, cuando estas llegan a ser las compañeras más fieles de un escritor, de un músico, de un poeta y hasta de alguien cualquiera; puedes plasmar emociones que no puedes expresar frente a frente sin ningún límite más que tus sentimientos, y en un dos por tres terminas creando un escrito completamente íntimo y sincero. ¿Qué diría aquella hoja si pudiera hablar? Probablemente pediría respuestas, querría saber dónde estaba el tal Steve Rogers para confrontarlo y soltar todas esas emociones que llevaba en su interior especialmente reservadas para él ¿Qué tanto le diría a esos dos hombres que solían amarse demasiado? Si tan solo un escrito pudiera expresarse por si mismo y no por medio de otros todas esas penas que creemos contar a solas se volverían una anécdota contada hacia un amigo, tal vez incluso esta hoja nos daría un mejor consejo que un ser humano. Pero sólo era un objeto inanimado...

El tiempo pasó y la pobre carta llena de sentimientos por fin fue liberada de su castigo silencioso, fue abierta y al cumplir con su deber al expresarle todo aquello que él mismo también mantenía oculto...sufrió. Sufrió tanto como quien la leía todas las noches. De ser un papel perfectamente doblado había pasado a tener muchos dobleces, anotaciones, dibujos e incluso marcas de ruptura pegadas con cinta. Y es que a aquella pobre hoja de papel la habían hecho bola, la habían partido a la mitad, habían hecho garabatos sobre esta y hasta llorado en ella.

La nostalgia que portaba cambió a ser sufrimiento...de verdad que si aquella hoja pudiera hablar lo consolaría, porque aunque no lo admitiera más que en su soledad necesitaba consuelo. Solía ser un muchacho que podía pedir consuelo si era necesario...ahora lloraba en silencio y la única forma de que sus compañeros supieran que algo le pasaba era porque no salía de su habitación más que para comer e incluso para ello esperaba que todos se hubieran ido para pedirle a la joven Shuri un plato con comida, porque luego de leer el contenido de la carta por primera vez no abandonó Wakanda por meses...porque, ¿qué tal si Tony le escribía nuevamente?

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«Little do you know
I'm trying to pick myself from piece by piece»

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El auto negro aparcó frente al complejo como lo hacía diario y el conductor miró al joven muchacho por el retrovisor.

—Nos vamos a las 6, tienes una hora. No te metas en problemas y por favor no me hagas andar apresurarte cuando sea hora de irnos, ¿de acuerdo?