Carta No. 2

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El ataúd frente a mis ojos hacía que mi corazón doliera y que las lágrimas se asomaran por las cuencas de mis ojos. En aquella habitación de la funeraria solo estaba yo. Sus padres dejaron de apoyarnos cuando decidimos casarnos, pero no imagine que a tal punto de que ni siquiera asistiran a su funeral.

De nuevo, como hace 7 años, me volvieron a arrebatar a aquella persona que me mantenía con ganas de vivir. Me dejó sola, tal vez ese sea mi destino... Ser una desgracia para toda persona que me llegue a tener cariño, que por mi culpa sean asesinadas.

Pero me cansé.

Tal vez es hora de hacer llorar sangre otros como lo hicieron conmigo.

Hoy he muerto junto a él y hoy ha nacido Julieta.

L.C.


JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora