Capítulo 1

897 68 4
                                    

Abro los ojos y me encuentro en una habitación, no muy grande, paredes a rayas celestes y blancas. Me parecían conocidas, hasta que volteo y encuentro un cuerpo abrazandome, apretado a mi, transpirado. No sé por qué, no sé cómo ni cuándo fue que terminé ahí.
                 

. . .

Octubre 9, 2017

Salgo del colegio, como acostumbro hacerlo a diario, y me dirijo a casa de mi abuela. No está muy lejos, cinco cuadras. Las camino con la mirada hacia abajo. Hay personas, muy pocas, que detectan los problemas con solo mirarte a los ojos, y esa no era mi idea.
  Últimamente me la paso en lo de mi abuela, leyendo, viendo tele, hablando con ella. Lo que pasa es que, mi abuelo, tiene cáncer, lo que lo llevó a estar internado. Mi papá siempre está con él, ahí cuidandolo. Espero mis hijos sean así algún día.
  Subo los veintitrés escalones que me llevan al piso 1, donde se encuentra la casa. Realmente no sé si en verdad quiero subir, entrar. Pero debo hacerlo, no tengo que bajar los brazos. No los bajé por mí, menos lo voy a hacer por mi familia.
  Entro, dejo mi mochila al lado de un sillón bordó, que hay junto a la escalera y voy a la cocina. Veo a mi abuela sentada, tomando té. Creo que no parece importarle el asunto, pero tal vez sea por la edad.
  La saludo, e inmediatamente voy al cuarto donde está mi abuelo.

  Lo veo a mi papá, mirando la nada, sentado en la cama al lado de mi abuelo. Intento saber en que estará pensando. Pero no logro saberlo. La habitación es muy antigua, de techo alto, las paredes estan empapeladas, en algunas partes rasgadas por mi, cuando era chica. Estas cosas hacen todo más triste. Caigo en la realidad y veo que mi papá me mira y se le ilumina la cara.

-¿Como te fue hoy?- dice repitiendo la misma pregunta de siempre.
-Bien, que se yo, lo de siempre pa- me estresa que siempre me pregunte lo mismo, pero sé qué es porque se preocupa por mí.
-Que bueno hija, si querés saludarlo despertalo,  no pasa nada- me dice refiriéndose a mi abuelo que se encuentra dormido.

Doy la vuelta a la cama, le toco el hombro, y lo saludo.

-Allá estás Valentina- me dice señalando otro cuarto, donde él dormía antes.

Yo pensé que estaba delirando, ultimamente lo hacía mucho por las drogas que le daban.

-El cuadro hija- me dice mi papá.
-Ah! Sí, el de la comunión-

  No termino de decir la oración, se sienta en la cama, mirando hacia la ventana, levanta la cabeza y mira para arriba.
  Mi papá le hizo preguntas, le alcanzo un vaso de agua, pero no tomó. Me dijo que me vaya al living, le hice caso, tenía las lágrimas en las mejillas, estaba pensando lo peor.
 
  Pero no pasó. Llamé a mi tío, para que venga a verlo, por si pasaba algo. Yo estaba en el sillón llorando, intentando no hacerlo, después de todo lo que me pasó intento no llorar en público. Aunque no tiene nada de malo.

. . .

Octubre 12, 2017

  Fue ese maldito día gris, cuando mi mamá me despertó a las 6am. No necesitó decir una sola palabra. Yo ya lo sabía, muy dentro mío ya sabía lo que iba a pasar.
  La última vez que lo ví, fue dos días antes de que falleciera, por un hueco que había entre puerta y puerta.
  Estaba muy flaco, demasiado. Sus brazos eran sólo los huesos, lo que hacia qur sus manos parecieran gigantes. Tenia las ojeras extremadamente notables, y una cicatriz de cuando se habia caído de la cama, tratando de alcanzar un vaso por su propia cuenta.
  Me arrepiento mucho, de no haber entrado los últimos dos días a la habitación, pero no quería que me viera mal y yo no queria verlo mal, no podría seguir con un mal recuerdo suyo.
  A pesar de todo, yo sé que sigue estando acá, conmigo.

  

¿Se puede seguir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora