Capítulo 2

496 48 2
                                    

Octubre 30, 2017

  Fuimos a la costa, a Villa Gesell, mi lugar en el mundo. Mamá, papá y yo, solo nosotros tres.
  Donde yo vivo, se acostumbra a hacer un book de fotos cuando se cumplen los quince años. Yo quise hacerlo en la playa, es el lugar que amo, el lugar donde soy felíz.
  Las fotos me las iban a sacar el lunes, empezábamos a las 2:30am y terminabamos por la tarde. Los fotógrafos llegaban el domingo a la noche, así descansaban y se acomodaban.
  El domingo por la tarde, fuimos a ver lugares donde podían ser las fotos. A mí, me gustó una playa donde no se podía pasar con el auto. Por lo tanto, tuvimos que caminar unas tres cuadras para llegar al lugar que me había gustado.
  Mi papá decidió quedarse en el auto, no por comodidad, si no que por la seguridad del auto, por si pasaba algo. Entonces fuimos a ver el lugar con mi mamá.

  Elegimos una casita del guardacostas toda de madera oscura, era una de las más lindas que había visto.
  Empezamos a caminar a donde estaba esperando mi papá, por la orilla del mar.

 -Te juego una carrera- le dije.

  Ella aceptó a mi propuesta y empezamos a correr.
  Corrí como nunca antes, mientras miraba el mar, las olas, el cielo e inhalaba el hermoso olor a la sal del mar. Y me encontré derramando lágrimas, qué por fin no eran de tristeza, eran de felicidad.
  Me di cuenta de todo lo que tuve que pasar para poder ser feliz. Y sí, fui felíz en ese hermoso momento, me sentí libre, por un momento me olvidé de todo, la foto, mi abuelo, todo. Los problemas se iban a la vez que el viento me despeinaba.

  Cuando llegamos al auto, veo a mi papá preocupado que nos grita
 -¿Que carajo hacían? ¿No se dan cuenta que les podía pasar algo?- le gritó a mi mamá.
 -Te dijimos que ibamos a ver un lugar, ¿Que decís?- le dice ella.
 -No querida, vos estás mal, yo acá preocupado por si les había pasado algo, no te das cuenta que no estamos en temporada, que no hay nadie y se dan cuenta que no sos de acá. ¿Que carajo iba a hacer si les pasaba algo?- dice gritando.

  Mi papá es así, se enoja por todo, es muy histérico. Mi mamá casi nunca lo hace.

  Y fuimos en silencio hasta el hotel, todos enojados con todos, con la cabeza en distintos puntos del universo.

   Esta vez me encontré nuevamente derramando lágrimas, y esta vez si eran de tristeza. Ahí fue cuando me di cuenta de como cambian las cosas de un momento a otro. Encontramos la felicidad, los momentos perfectos, sí. Pero no duran, nada dura para siempre, tenemos que aprender a disfrutar cada momento con el corazón.

¿Se puede seguir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora