Pequeña euforia cotidiana

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Aún con todas las veces que he querido morir, me he dado cuenta que aún puedo sonreír, en menor cantidad que otras veces, si, pero aún me es posible.

Y en este capítulo hablaré de esa sonrisa deliverada por algo o alguien. Y es que una chica suicida vuelve a pintar el lienzo de su piel. Trato de ayudar, porque siempre me han atraído las personas como yo. Ni la sociedad ni ella lo reconocen, pero es hermosa. Y sus bellas palabras alegraron mi día, siempre estaré ahí para ti.

Cuando sonríes, evitas la pena de los demás, evitas la sociedad. Evitas tus problemas, por un segundos por lo menos. Evitas todo.

No se si conozcan la teoría de que la mente altera la materia según su estado de ánimo. Según ella y otros experimentos, si estas feliz, atraeras felicidad.

¿Por qué no?

Acepta la pequeña euforia cotidiana, acepta tu sonrisa.

Depresión adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora