Capítulo 1

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Miro a través de la ventana del autobús. El paisaje que pasa por delante de mis ojos a toda velocidad es precioso. El clima aún es cálido, un recuerdo del verano que acaba de pasar. Estoy sentada, apoyada en el marco de la ventana, escuchando música. Sin duda este podría haber sido un viaje bonito, tranquilo y relajante excepto por el detalle que hay 34 chicos mirándome atentamente. Ahora mismo en lo único en lo que puedo pensar es cómo consiguieron que yo aceptara esto.

Cuando me propusieron de entrar infiltrada en Denox dije que no. ¿Y qué chica no diría que no? Me explico: Por muy fuerte e inteligente que seas, si no eres un chico, a Denox no le importas nada. Porque aunque digan que no y aunque su inscripción está abierta a toda la gente que quiera intentar entrar, esta academia está plagada de machistas que solo quieren chicos rondando por sus instalaciones. Y, como hay academias mejores, las chicas prefieren irse a otro lugar. En realidad, esta academia solo tiene éxito por las becas que dan, ya que no se pueden conseguir en ningún otro lugar.

Y ahí es donde entro yo. No sé si alguien se habrá dado cuenta, pero no estoy aquí por placer. Mi objetivo aquí es conseguir que un tal Marcus no obtenga una de las becas que dan. ¿Por qué? Pues no lo sé, solo sé que mi agencia quiere que me encargué de esto y eso haré. No sé qué me darán a cambio, pero ya puede ser bueno.

Mientras reflexionaba, me he girado disimuladamente un poco, quiero observar el ambiente. A parte del chico sentado a mi lado, el cual también está en la misión, los otros 34 chicos o me miran con cara de extrañados o están tensos y mirando a otra parte. A parte de ellos, en el bus también va el conductor, el cual no podemos ver ya que su asiento está en otra especie de habitación, y un adulto que en teoría está aquí para vigilarnos pero el tío no para de roncar. Y es que cuando me he subido, la gente ha parado de hablar inmediatamente y, entre la confusión, él ha aprovechado para dormirse.

Justo cuando me iba a volver a girar, un chico alto, moreno y con los ojos marrones (a juego con su pelo), se ha levantado de uno de los asientos de las primeras filas. Por su manera de andar, con pasos seguros y rápidos, puedo decir que probablemente sea el típico chulito, esa persona que por nada del mundo quieres ver enfadada. Se ha acercado rápidamente a donde estoy sentada, una de las filas del medio, y se ha dirigido al chico sentado a mi lado:

  - ¡Eh, tú! Deja el libro y mírame.

  - ¿Puedo ayudarte en algo? - Contesta el chico bajando el libro, aburrido, y dirigiendo su mirada al otro.

   - Cámbiame el sitio. - Responde, en tono de orden.

   - Eemm... ¿Estás seguro? - Pregunta, extrañado, abriendo muchos sus ojos verdes.Y al ver que no obtiene respuesta añade mientras se levanta corriendo, recoge sus cosas a gran velocidad y se va, visiblemente alegre, por donde ha venido el otro chico: - ¡Vale!


Cuando el pelo negro de Blaster (así es como se llama el chico) ya no se ve, el chico moreno se sienta a mi lado, me escanea de arriba abajo y me pregunta:

  - ¿Qué haces aquí? - Sus ojos parecen rugir.

Como no creo que una chica bajita, de castaña cabellera y ojos azules le intimide, opto por divertirme un rato y hacerme la tonta.

  - Ir en autobús, ¿y tú? - Le respondo, con cara de "me has hecho una pregunta obvia".

  - Oye niña, no me vaciles. - Responde, juntando las cejas y respirando hondo. Dos segundos después añade- Te lo preguntaré por última vez, ¿qué haces aquí?


  - Ya te lo he dicho voy en autobús. - Contesto, intentando no reír. Y antes de que se me olvide añado. - A por cierto, para inscribirte en la Academia Denox has de tener 15-16 años, dependiendo de cuándo sea tu cumpleaños. El término "niñ@" acaba cuando una persona cumple los 12 años más o menos. Por lo tanto, no soy una niña y el término correcto pasa a ser chica.


Exceptuando Blaster, el adulto y unos 5-6 alumnos, todo el autobús nos está mirando.

  - Mira te voy a... - Intenta añadir, levantando un puño. Pero la puerta se abre en ese momento y el ruido del exterior nos invade.

  - ¡Todos fuera! - Grita el adulto, recién despertado - No os olvidéis nada, no lo volveréis a ver.

El chico se levanta, no sin antes mirarme mal, y se va hacía su anterior asiento.

Aprovecho para levantarme, ordenar las pocas cosas que he sacado durante el viaje y agarrar el resto de mi equipaje.

Academia Denox.Where stories live. Discover now