La brisa del aire cuando chocaba contra los árboles era algo que no tenía comparación con nada, aunque resultaba algo irónico después de todo lo que había pasado, o al menos eso pensaba Raoul.
Hoy era su décimo octavo cumpleaños, aunque no lo celebraría, como los últimos cuatro años.
Había salido a pasear, solo, aunque no había mucha gente que lo acompañase, solo su pequeña Aitana, que se encontraba durmiendo.
Como todos los días, Raoul recordó toda la mierda que había vivido cuatro años atrás, que era algo digno de una serie de televisión o un libro de ciencia ficción, pero no, en su caso, esto si le había ocurrido.
No solo le había afectado a él, sino a todo el mundo, más bien a el sesenta por ciento de personas muertas al instante ese día, o al otro veinte por ciento que había muerto más tarde.
Recordó lo que sintió ese día, todos los sentimientos para describir eso eran horribles, y eso lo sabía tanto Raoul como Aitana.
Recordaba ese día como si fuera ayer, tenía catorce años, y iba a ir a su primera fiesta.
No era nada del otro mundo, simplemente una fiesta organizada por su mejor amiga ya que era su cumpleaños, pero cuando el reloj marcó las doce en punto de la noche, la gente comenzó a morir.
Lo primero en lo que Raoul pensó fue en su familia, así que fue corriendo a su casa, sin que nada lo frenase.
Cuando llegó su familia estaba muerta, todos.
También estaba la televisión encendida, en la que estaban dando un comunicado sobre lo que estaba pasando.
Se había esparcido un virus por todo el mundo, y lo peor, no había sobrevivido ni la mitad de la población.
Ese virus afectaba por las vías respiratorias, ya que al respirarlo era mortal, como un gas tóxico.
En ese momento su vida dió un cambio radical, y empezó a sobrevivir, solo.
Raoul volvió a sentir la brisa y abrió los ojos, decidió volver a la casa que compartía con la única persona que le podía alegrar la vida, básicamente porque Aitana era la única persona viva que había visto en los últimos cuatro años.
Cuando llegó vió a Aitana sentada en el sofá, viendo una película que habían robado en alguna de las casas que saqueaban diariamente.
-Ya ni siquiera me esperas para ver la película- le dijo el chico antes de tumbarse junto a ella.
-Lo siento, he tenido una pesadilla y quería distraerme- le contestó la morena con una mueca de pena, cosa que hizo que el rubio se sintiera mal.Aitana era lo más preciado que tenía en su vida, por eso la protegía de todo lo que acechaba su hogar.
El chico quería distraerla, así que le propuso ir a dar un paseo.
La chica se negó, ya que estaba muy cansada de todo lo que habían caminado el día anterior.
-Hoy es mi cumpleaños- le dijo el rubio.
La chica paró la película y lo miro asombrada.
-Y no me has dicho nada, eres un capullo- soltó Aitana mientras peinaba su flequillo.
A Raoul no le apetecía hacer nada, pero si Aitana se sentía mejor, él lo haría, porque lo había jurado hace tres años, que la protegería de todo.
Aún recordaba cuando la conoció, él tenía quince años, mientras que ella, solamente tenía trece.
Estaba muy enferma cuándo él la encontró, así que decidió cuidarla en su casa.
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Air
FanfictionSupervivencia. Eso es, Raoul llevaba sobreviviendo cuatro años al caos en el que se encontraba el mundo, pero, cuando encuentras a el amor de tu vida, la supervivencia es lo de menos, ¿no?