—¿Qué dices? — Preguntó Hector quien desorientado intentaba comprender a lo que se refería su compañía.Mientras que dentro de aquella campana había un torbellino de pensamientos que pertenecía a Ernesto, cuestionándose sí había hecho bien en mencionarle aquello pues al profesar lo anterior había sido completamente sesgado por la necesidad que quererlo a su lado.
— Yo... — Cogió un poco de aire, sabía que había metido la pata.
—Fueron tantos años Héctor, conteniendo, intentando ignorar todos lo sentimientos pero terminaban por controlarme, aún así de forma inconsciente fueron las mayoría de mis actos que orillaron a que hiciera lo que hice por ti.El compositor comenzó a sentir como todo lo que estaba a su alrededor daba vueltas. Un vuelco, presentía lo que su asesino intentaba comunicarle pero se negaba, no quería.
— Espérate un momento... ¿Tú...? — Se quedó sin aliento, si ya el ambiente era incómodo ahora se había vuelto desagradable.—Sí. No espero nada, porque sé que no pasara pero decirte esto, es un sueño cumplido, alivio... siempre creí que cuando dijera esto sería diferente. — Confesó en su faceta más humana, más sincera. No había nada más humano que el amor.
— ¿Sueño? Después de toda las cosas que has hecho no sé qué significa para ti. — Estaba confundido, por lo que su respuesta fue más arisca de lo habitual.
Ernesto rió, las palabras de Hector no le causaban daño alguno, es más, sólo podía sentir ternura cuando escuchaba su voz tan ofuscada.
— Ernesto... ¿Qué intentas hacer con decirme esto?— Que te quedes más tiempo conmigo y nada más. — Quería seguir aferrado a él, su misma presencia se lo suplicaba pero Hector no parecía estar de lo mejor.
El mencionado se puso de pie sin decir palabra alguna, sentía como sus huesos temblaban su revelación no había hecho más que inquietar al pobre músico, aturdido dio un paso atrás.
— Intentas engañarme ¿no?—dijo con su voz temblorosa.
— A pesar de todo lo dicho no te has redimido, no te arrepientes de nada. Sólo actuas para ganar mi confianza para sacarte de esa cosa...— Su sospecha no era más que eso, una sospecha pero el pánico había dominado por completo al fino esqueleto.—¿Qué dices-- —
—Digo que sólo estás mintiendo para poder liberarte ¡seguramente para traicionarme otra vez! — Estaba contrariado, no sabía sí lo estaba manipulando y jugando con sus emociones o siendo completamente franco. Sin duda estaba siendo nublado por el pánico.
Ernesto mantuvo la calma pero aún así lucho para que su verdad fuese entendida.
— Héctor... es una de las primeras veces que soy tan verdadero, si salir de aquí estuviese como una opción estaría encantado de hacerlo pero traicionarte una vez más, no está en mis planes, prácticamente no hay forma de que yo quede como el bueno lamentablemente. — Y que si hubiese una opción, sin duda lo haría.
— Está vez sólo quiero recuperar lo que tuvimos, incluso si no quieres eso sólo necesito una compañía.Héctor miró con ansias todo el lugar tratando de escapar de alguna forma.
— T-Tengo que irme...— Subió al lomo de la alebrije sin más y huyó.— ¡No! — Gritó, lo único que pudo divisar fueron los colores chillones del místico animal a traves del agujero.
Y otra vez solo, frustrado sólo se limitó a tirar sus saco de huesos sobre la inamovible pared de metal.
Cómo le podría hacer para que confiara una vez más en él.
(...)
Héctor está vez ni siquiera había ido a la casa Rivera, no estaba de humor para recibir más reprimendas de su mujer.
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Acordes desorientados. [Ernector]
FanfictionHéctor empieza a cuestionar su moral y ética cuando nota que prácticamente siente que está asesinando a Ernesto haciendo que lo olviden, exiliado dentro de su propia cárcel de la muerte. Y así comienzan a la vez una serie de encuentros a ciegas entr...