Jackson Henderson vive encerrado en una relación pasada. Le resulta imposible apartar sus sentimientos por su ex novio. Aunque su relación haya sido una farsa.
No sabe cómo, pero Brett Milton ha entrado en su vida para distorsionar sus sentimientos...
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Brett.
Este chico está loco.
No puede estar pidiéndome eso.
—¡No! ¡Qué te has tomado! Quiero alejarte del peligro y tú me pides que te enseñe a disparar.
—No quiero que me protejas, quiero que me enseñes a hacerlo por mi cuenta. —me dice y a mí se me derrite el corazón.
¿Este chico de verdad quiere estar conmigo? ¿Cómo tengo tanta suerte?
Contesto lo primero que se me viene a la cabeza.
—Mi padre no me deja.
Jackson me mira incrédulo para luego soltar una carcajada.
—¿Que no eres mayor de edad? ¡A la mierda con él!
Se acerca y me toma de las mejillas, se me incendia el cuerpo solo con su toque. Mi instinto me dice que lo lleve hasta las duchas y nos fundamos en el agua, pero mi razón me recuerda constantemente el rostro de mi padre.
—No conoces a mi padre.
—No tiene porqué enterarse.
¿Jugar con fuego o tentar al destino?
A la mierda. Me muero por estar con él, cueste lo que cueste.
Asiento dubitativo.
—Pero tiene que ser en un lugar donde nadie pueda vernos.
Jackson se queda pensando, hasta que casi puedo ver cuando se le enciende una bombilla.
—Yo conozco un lugar, aunque un poco lejos.
Mejor. Menos probabilidades de que nos vea algún hombre de mi padre.
—Mejor.
~♢~♢~♢~♢~♢~
Jackson.
Quedamos en el café.
Pero está 10 minutos atrasado.
Alzo mi vista desde mi lugar y entre la multitud veo una cabellera azul; siempre destacando. Lo observo caminar en mi dirección, intento no sentir los nervios en el estómago.
En cuanto me visualiza alza su mano y sonríe. Su sonrisa es contagiosa por lo que cuando está en frente mío, mis labios ya se curvaron hacia arriba igual que los suyos.
—Sé que llego un poco tarde, lo siento. ¿Has esperado mucho? —pregunta mientras se sienta y llama al camarero.
