Prólogo II

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El caballero inspeccionó su asombroso color bronce, cuyo intenso brillo contrastaba con el telón de fondo, de un negro puro y tenuemente iluminado por las estrellas. En Nexia no había  atmósfera, así que las densas concentraciones de galaxias, novas  y planetas centelleaban en la oscuridad como adornos  de cristal y casi parecían estar al alcance de la mano. Anillos de polvo y erupciones solares formaban arcos allá arriba; agujeros de gusano se perdían en la  negrura formando espirales.
   El caballero se asomó a ambos lados de la Puerta. Un ondulado terreno de color rojo intenso se extendía hasta el horizonte. Columnas de mármol y chapiteles de jade y amatista sobresalían de la rojiza roca, como si la tierra se  hubiese congelado en mitad de un movimiento. Una  civilización había habitado antes allí, en una  época que nadie podía recordar. Algunos creían que había sido esa civilización la que había creado la Puerta para después marcharse a través de ella. Algunos incluso denominaban a aquella gente <<los arquitectos>>. Quienes trataban de abrir la Puerta también querían formular a los arquitectos unas cuantas preguntas, a poder ser apuntándolos con algún instrumento mortífero.
    El caballero se volvió hacia los dos caballos zombis que habían conducido su coche hasta allí y les dio una palmada que los hizo salir corriendo. Los observó mientras se alejaban, con la diligencia traqueteando tras ellos, hasta que no hubo más que silencio. Entonces se volvió y se dirigió hacia la Puerta. Se detuvo justo sobre su brillante aura e hizo una gran reverencia, quitándose el sombrero con respecto.
  Pasaron treinta años.
  Entonces la Puerta habló en la mente del caballero:¿ Por qué habéis venido?
  El caballero sonrió. Quiero abrirte, pensó.
  ¿Y quién sois vos?, preguntó la Puerta.
  Soy Illisius, respondió él.
  Ya veo, dijo la  Puerta.
   Illisius dejó su maletín en el suelo y se sentó en la carretera con las piernas cruzadas.
   Transcurrienron otros veinte años.
   Eres paciente, para ser un demonio, observó la Puerta.
   Espero a alguien, dijo Illisius. Entonces retiró su manga impecablemente planchada y consultó su reloj de plata. Siete esferas giraban a diferentes velocidades. Llegará enseguida.
    Ah, sí, respondió la Puerta. El joven vampiro.
    Illisius asintió
    De nuevo se produjo silencio. En lo alto, un agujero de gusano extrajo los  detritos de uno de  los anillos de Nexia, los lanzó contra un planeta y lo envío lejos. Luego se produjo un estallido, mientras un mundo se partía en dos.
    Illisius aguardaba a la sombra de la Puerta de  Nexia 

OLIVER NOCTURNE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora