XII- Kim Jongdae

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Nota: Este capítulo es muy, muy importante porque cuenta cómo se conocieron Kyungsoo y Jongdae y que además es parte sustanciosa del fic.

A leer:



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Kim Jongdae en aquel entonces tenía diez años, próximo a cumplir los once, cuando fue llevado a la nueva casa de su padre, el cual ahora tenía otra familia. El objetivo era que conviviera un tiempo con ellos para así relacionarse con los mismos. A pesar de que su madre y padre se separaron cuando él era más joven, nunca cambió el hecho de que ambos continuaran velando por él como buenos padres. Por lo tanto, el que su papá tuviese una nueva esposa, no le molestó ni nada parecido. Sabía que tarde o temprano algo así sucedería y también deseaba lo mismo para su madre. Era un niño muy maduro para su edad en ciertos temas. Al ver la felicidad con que fue recibido en el nuevo hogar, no pudo evitar sentirse un poco nervioso por la posibilidad de no caerles bien una vez que lo conocieran. Sin embargo no tardó en sentirse cómodo pues su nueva madrastra lo miraba con total dulzura y hacía que se sintiera feliz por la elección de su padre. También conoció a quien más tarde se convertiría en su primer amor: su hermanastro.

—Hola, mi nombre es Kyungsoo ¿Quieres jugar conmigo?

Sorprendido por la confianza con la que le habló aquel niño un poco más bajo que él, de cabello muy negro y ojos tan grandes y expresivos, no dudó en seguirlo hasta su cuarto, donde pasaron largas horas jugando con legos, inventando aviones con los que surcarían las nubes y barcos para cruzar los mares y océanos.

Hacía ya unos dos o tres años que Jongdae había dejado el legos atrás pues consideraba que los niños grandes no jugaban con ellos y él se imaginaba a sí mismo como un niño lo suficientemente grande como para no usarlos. Pero ver la cara de concentración que ponía el mayor mientras hacía encajar las piezas una a una para lograr la figura perfecta, lo había hecho sentir un retroceso en el tiempo a cuando disfrutaba construir con aquellos bloquecillos de colores. Lo que lo dejó casi sin poder respirar de un momento a otro fue cuando Kyungsoo levantó la mirada para encontrarse con la de él, dedicándole una hermosa y resplandeciente sonrisa en señal de que le agradaba su presencia.

Así transcurrieron varios días en los que o montaban bicicleta en el patio de la casa, o creaban formas nuevas con el juguete que los unió desde un primer momento. No pudo ser más feliz durante sus vacaciones, y luego de que acabaran debía regresar a su casa junto a su mamá. También nuevas sensaciones comenzaron a florecer en su interior, al igual que muchas dudas sobre sí mismo durante el mes que estuvieron juntos como chicles.

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—Soo...— le llamó como cariñosamente recién lo hacía.

—¿Hmm?

—Tengo una duda, es sobre algo que vi en internet ayer mientras esperaba que te bañaras para cenar abajo. —Kyungsoo lo observó con esa mirada cargada de curiosidad —¿Puedes cerrar los ojos un momento?

—¿Para qué?

—Ya verás.

No estando convencido de ello, optó por hacerle caso a Jongdae y cerró los ojos. Tardó varios segundos en sentir una extraña sensación de humedad en sus labios y estaba seguro que no provenía de su propia boca. Alarmado abrió los ojos nuevamente de golpe y fue cuando calló en cuenta de que su hermanastro lo estaba besando mientras también se miraban a los ojos, cosa que duró apenas unos tres segundos antes de que ambos se separaran sin poder creérselo uno de ellos y el otro, habiendo confirmado sus dudas dijo:

—Creo que me gustan los chicos como yo.

Al no recibir respuesta alguna por parte del niño al cual había besado, quien se encontraba rojo hasta las orejas, se apresuró a agregar:

—Tengo hambre.

Y con esto salió de la habitación del más bajo, sellando ese capítulo de sus vidas.

Al despertar Kyungsoo al otro día, Jondae ya se había marchado. No quiso despedirse de su primer amor, pues en la forma en que él lo miró cuando lo besó, le dejó en claro que había cometido un gran error, y lo menos que deseaba era mirarlo a esos ojos que tanto le gustaban.

Dos años y medio más tarde, su madre y el padre de Jongdae  tuvieron un accidente en el cuál, ambos perdieron la vida. Después de que Jongdae abandonara esa casa aquel día, se prometió no regresar, pero luego de la muerte de los mayores, decidió volver sabiendo que sería el único consuelo para Kyungsoo, quien no tenía a más nadie en el mundo que su madre y su padrastro que tanto quiso como su propio padre.

Pasaron juntos unas pocas semanas, hasta que convenció a Kyungsoo de quedarse en Seúl con él y su mamá que también le había cogido cariño y lo recibió con los brazos abiertos tal como lo había hecho la suya con Jongdae.

En aquel entonces Jongdae ya se había asegurado de que era homosexual cien por ciento, y de que sus sentimientos por el pelinegro ya no eran los mismos de cuando tenían diez años. Sin embargo aunque habían cambiado mucho, pues él se volvió un adolescente con mucha confianza en sí y además un poco extrovertido, nunca dejó de ser protector con su hermanastro, o hermano como lo consideraba desde hacía un tiempo. Vivieron juntos en casa de Jongdae hasta que ambos cumplieron los dicisiete años de edad y con el dinero que había recibido luego de la muerte de sus familiares y la parte que le cedió su hermano, pues no la necesitaba, Kyungsoo se mudó a unos cuarenta minutos de la casa de Chen, el cual era su nuevo apodo, el que le había puesto su novio de dos años, Xiumin.

Como la escuela quedaba más cerca de la casa de Kyunsoo que de la de Jongdae, éste pasaba los días entre semana junto a su hermano y en muchas ocasiones también Minseok, el verdadero nombre de su novio, se quedaba a dormir con ellos.

Pero una vez Jongdae enfermó y faltó toda una semana a la escuela, durante la cuál no supo nada de Kyungsoo, ni llamadas, ni mensajes. Luego de regresar un día, se arrepintió para siempre el haberlo dejado solo.







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¿Qué sucedió? Aún falta mucho para responder a esa pregunta.
Perdón por si hay faltas en este capi también.

            Gracias por leer

Slowly, just for you [KaiSoo](Temp. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora