Prólogo "Bienvenidos a la academia de la Desesperación" Parte 2

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– Abre los ojos –

Ugh… ¿dónde estoy? – Mira alrededor de toda la habitación, la cual parecía estar a oscuras más negra que la noche misma y tan intimidante que Masaru se empieza a poner algo nervioso –

¿Hay alguien  allí...? – Pregunto con mucho miedo en su voz, la cual temblaba y dejaba salir un sonido como desafinado al hablar –

Diablos… ¿se supone que me secuestraron…? ¿Por qué hoy? ¿Por qué ahora? – el chico tenía una gran cantidad de preguntas y ninguna respuesta a la vista, en todo caso, el chico acostado boca arriba en un cuarto negro como el azabache y totalmente desconocido, lentamente se pone de pie con dificultad, intenta encontrar tanto una salida como algún interruptor con el cual podría ver donde se encontraba y analizar la situación de mejor forma –

– Masaru se empieza a mover de forma silenciosa, buscando lo antes mencionado, y en su camino choca su pierna con lo que parecía ser una mesa –

¡Diablos! – Exclamo fastidiado el sociólogo al sentir un fuerte dolo en su pierna, la cual hizo un sonido muy fuerte al ser golpeada, tras esto, Lentamente Masaru se reincorpora y sigue inspeccionando como puede la oscura habitación, hasta que finalmente llega a una pared, y empieza a bordearla hasta finalmente llegar a un interruptor, el cual presiona y la dichosa habitación finalmente se ilumina –

¿¡E-esto es… un aula!? – Observo muy sorprendido la habitación, la cual parecía un aula de clase, llena de bancos para los estudiantes, y una mesa llena de papeles la cual con facilidad pudo identificar que debería de ser la mesa del presunto maestro de clase, siguió observando la habitación hasta que su vista fue directo hacia las ventanas –

Están… bloqueadas… ¿Por qué están de esa forma? – Rápidamente cuestiono el chico, se empezó a sentir aún más nervioso de lo que había estado jamás –

¿Cómo es posible? – Pensó el chico hasta que finalmente se le vino una idea a la cabeza –

No estaré… en Kibougamine… ¿o sí? – Se apresuró a salir por la puerta pero justo antes de eso, vio una nota en la pizarra, la nota decía – Ir al gimnasio a las 9.00Am para la ceremonia de ingreso

¿Eh? – Dijo rápidamente Masaru y pensó – ¿Quieren que valla al gimnasio? – se preguntó el sociólogo – 

Miro la hora y en eran las 8:40Am – ¿Sera esto un secuestro o algo por estilo? – Pensó el chico –

Debo de salir de aquí ahora mismo… en todo caso… quizás pueda saber que rayos está ocurriendo aquí – Murmuro nuevamente y se dirigió a la salida de la habitación, tomando lentamente el pomo, estaba muy inseguro de lo que podría ocurrir, no podía parar de pensar en que le sucedería si en verdad estuviese secuestrado –

Es ahora o nunca – dijo al mismo tiempo que abrió la puerta dirigiéndose hacia el exterior de esta, encontrándose ahora mismo en un largo pasillo, el cual era muy tétrico, un techo el cual tenía vigas de madera muy robusta a primera impresión aunque muy sólidas y al parecer, tenían cierta antigüedad, ya que a primera vista pudo divisar unas cuantas telarañas en dichas vigas, también habían unas paredes totalmente blancas la que resaltaban por la gran iluminación que tenía el pasillo, además de un piso color blanco el cual estaba divido en losas dando una imagen como de distintos cuadrados en los cuales se dividía el piso –

Así… que estos son los pasillos, la verdad que sí que puede que esté en Kibougamine – Pensó nervioso – Creo que tratare de encontrar a alguien… quizás no sea el único en esta situación… – trato de reconfortarse al decir eso –

Al decir esto, empezó a avanzar por el largo pasillo, por el cual pudo divisar varias habitaciones los cuales pudo identificar como otras aulas de clase justo como en el que había despertado anteriormente. Siguió avanzando hasta donde el pasillo terminaba y giro hacia la izquierda, y camino hasta que llego hasta una puerta la que tenía por sobre esta, unos símbolos de unos un tenedor y un cuchillo, por lo que pudo determinar que era una cafetería, así que paso de largo, hasta encontrarse con otra puerta con un símbolo en cual parecía ser el de una cancha de basquetbol, así que tomo muy lentamente el pomo con su mano derecha y abrió la puerta, caía sudor por su mano, del otro lado de la puerta se encontraba una enorme cancha de básquet, hacia los costados de la misma había dos grandes gradas y por detrás de la cancha, podía ver otra cancha, pero en este caso una de vóleibol, la cual tenía hasta red incluida y ya armada. Aunque hubo un detalle en el que le tomo un poco de tiempo darse cuenta, y es que en el gimnasio también había un área a la derecha de este en el cual había un gran escenario y el cual, tenía sobre este, un atril –

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