No te alejes de mi (VIII)

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Una semana después. Hospital de la Vongola (Namimori)

Cuando abrí los ojos, todos respiraron aliviados. No estaba ni mamá, ni las chicas, ni los niños. Pero, cuando me fijé mejor, Gokudera-kun no estaba allí. No me gustó ni un pelo.

-¿Y Gokudera-kun?

Se miraron unos a otros y no me respondieron.

-¿Dónde está Gokudera-kun?

- Está grave pero su vida no corre peligro.

-¡¿CÓMO?!

- Él te apartó antes de que la bomba explotara. Se llevó la peor parte. Tiene rasguños y algunas quemaduras pero se dio un gran golpe en la cabeza. Aún no ha despertado y estamos muy preocupados

-¡Como para no estarlo!

Quise levantarme pero no tenía fuerzas. A los dos días me dieron el alta.  Pasaba todas las tardes velando a Gokudera-kun. Los primeros días los pasé llorando. Su rostro tenía algún que otro arañazo; tenía el cuello vendado debido a una quemadura ahí y una venda en la cabeza.

Alguna que otra vez, le robaba un beso. Una de las veces creí respondía a mi beso pero todo fue mi imaginación. Le cuidaba todo lo bien que podía. Incluso así alguna cosa infantil (le besaba en la venda de la cabeza y la del cuello).

-Gokudera-kun, esta semana no podré venir a visitarte porque la clase nos vamos de excursión. No te enfades conmigo por favor. Te amo Gokudera-kun.

Le di un beso en la frente y no sé porqué pero le besé en los labios. Salí de la habitación un poco preocupado.

- Espero que sigas bien o mejor cuando vuelva

Esa semana fue sin duda la más aburrida de mi vida. Estuve la mayoría del tiempo pensando en Gokudera-kun. ¿Y si no despertaba? ¡No! Él tenía que despertar. Él me dijo que no se volvería a separar de mí.

Cuando el bus nos dejó en la puerta del colegio, salí corriendo hacia el hospital. Pero cuando llegué a su habitación... Él no estaba allí.

-Go-Gokudera-kun... ¿Dónde estás?

No estaba... Eso significaba...

-¡No! ¡Gokudera-kun no!

Caí de rodillas al suelo y rompí a llorar. No podía creerlo. Gokudera-kun ya no estaba. ¡¿Por qué?!

No oí como la puerta de la habitación se abría y que alguien se ponía detrás de mí. Yo seguí llorando hasta que esa persona puso la mano sobre mi hombro y me habló.

-Judaime, ¿qué le sucede?

¿Esa voz? ¿Esa calidez? ¿Judaime? ¿Tratarme de usted?  Eso era propio de...

-Go-Gokudera-kun...

-¿Qué sucede Judaime?

Era él. Me levanté y pude ver que si era. Le abracé con fuerza. Las lágrimas siguieron cayendo de mis ojos.

- Creí que te había perdido para siempre

-Judaime, le dije que no me separaría de usted y pienso cumplir mi promesa.

- Te amo Gokudera-kun.

- Le amo Judaime.

Me puse de puntillas y besé a Gokudera-kun. Esta vez, sí responde a mi beso.

- No te alejes de mí.

- No lo haré. No se aleje usted de mí.

- Jamás.

De eso han pasado diez años y le quiero más cada día. Seguimos con nuestra promesa y la seguimos diciendo cada vez que vamos a una misión.

No te alejes de mi

FIN

No te alejes de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora