Capitulo 1

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—¡Suficiente! — susurre para no despertar a mi prometido, que yacía al costado, me levanto de la cama y camino por toda la pieza.

La habitación estaba iluminada por la luz de luna, que brillaba intensamente a través del ventanal, las persianas bailan al son del fresco aire. Me acerco con cuidado a la mesa que se encontraba al lado derecho de la cama, abro el cajón, y cojo el pergamino que había hecho anteayer, me dirijo al closet donde posaba un pequeño bolso con ropa y algunas joyerías así como dinero, antes de partir paso por el despacho de mi hermano, dejo el documento y la carta en un lugar donde pueda ser visto al momento de entrar.

Un suspiro se escapa de mis labios mientras camino por los pasillos del castillo hacia la salida, cuidando de no ser visto por ningún guardia. Eran alrededor de las tres de la mañana cuando llegue a las caballerizas.

—Hola hermosa — digo acariciando a mi yegua — Me gustaría llevarte conmigo en este viaje, pero tienes seres dentro de ti.

Ella protesto golpeando el suelo

— Sabes que tengo razón así que de nada sirve que hagas berrinches. No te preocupes hermosa volveré cuando esté listo.

Me separo de mi yegua, y hundo la nariz en el suéter azul de algodón que me obsequio la mama de mi ex prometido, un doloroso llanto me golpeo, partiendo el corazón en trozos infinitos. Un hormigueo recorrió mi ser hasta llegar a la garganta donde amenazaba con asfixiarme. Me hice preso del pánico 《¿Qué hago? Aun estoy a tiempo para volver 》pensé, estaba solo. Yuuri jamás me amaría. Ésa era la realidad.

Monto a Riffs, el segundo caballo más rápido que hay en la Establo con dirección al norte.

Debo irme, esto es por mi solo por mi 》me contraigo eliminando toda la tentación de regresar.

Tal vez nunca volvería a ver a Yuuri, a acariciar la suavidad de su pelo mientras dormía, a intercambiar en secreto una broma con el gran sabio y los empleados durante la cena; nunca volvería a compartir la cama con él, ni lo despertaría cada mañana tirándole al suelo, nunca volverían a discutir por sus celos. Lo único que quedaba eran recuerdos y una fotografía de la vez que visitamos la tierra. Mi plan había sido muy sencillo: pasar juntos el mayor tiempo posible de esa forma podría llegar a amarme. Un plan que ahora parece ridículo.

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Eran las alrededor de las seis de la mañana, los cálidos rayos del sol, se colaban por las ventas iluminando los pasadizos y habitaciones del Castillo.

— ¡Majestad! — llama Conrad abriendo las puertas de la habitación real, 《Wolf se levanto temprano》 pensó restándole importancia.

— Yuuri, Conrad ¿Cuántas veces he dicho que no me digas Su Majestad? Fuiste tú quien me llamó Yuuri. — dice apartando las sabanas.

—Sí, sí Yuuri. — Responde, sonriente —. Saldrá a correr como de costumbre.

—Sí, el día es hermoso — comenta, toma las prendas y se dirige al cuarto de baño.

— ¡¡Majestad!! — Entra, gritando, a la habitación Gunter — ¡Majestad! Gwendal solicita su presencia.

— Primero iré a correr, — dice Yuuri saliendo del lavado. — Después paso por el despacho.

— ¡Majestad! Disculpe mi insolencia pero es un asunto delicado — agrega, serio, el consejero. Yuuri suspira sabiendo que cada vez que su consejero se pone formal y rígido, la palabra PROBLEMAS está presente.

— Bien, vamos.

Caminaron por los pasillos saludando a la servidumbre. Al girar al por el pasillo de la izquierda se toparon con Greta, quien se acerco a ellos y saludo a su padre con un beso en la mejilla. Continuaron su recorrido con Greta tras ellos.

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