Capítulo 4

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Era viernes, su deber, levantándose temprano. No obstante, había permanecido en la cama, el miedo le asaltó de nuevo ante la realidad.

El cielo lloraba su pesar, las delicadas gotas de llovía se combinaban con los sollozos de los presentes.

— ¡PAPÁ! — gritaron sus hijos con dolor mientras veían sepultar el cuerpo de Izana.

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Una vez más, despertó en una cama vacía dentro de una casa silenciosa, si bien se produjo un pequeño avance. Por primera vez desde hacía más de seis meses se había despertado con el rostro sonriente de sus hijos. Se duchó y se vistió con ropa cómoda. Dedicó una mueca a su reflejo en el espejo. Tenía ojeras, los labios agrietados y el pelo hecho un desastre.

— ¡Kain, Haki! —exclamó Wolfram —. ¡Por favor, cámbiense! ¡Saldremos!

—Padre. ¿A dónde vamos? ¿Y porque estas tan arreglado? —masculló Kain, procurando ocultar el rubor de su rostro.

—Vamos a las tierras de mi tío Waltorana. Ya prepare su equipaje; Ryu, trae el carruaje, nos acompañaras en el viaje; Sanae, necesito mi espada, está en el sótano. ¡Ah, tambien nos acompañas, y dile a Yuu tambien ira con nosotros! — Wolfram fue dando órdenes a diestro y siniestro a sus tres sirvientas.

— Lo siento, Wolfram-sama —se excusó Sanae, quien torpemente intentaba limpiar el jugo derramado en la alfombra.

—No te preocupes, Sanae. Sin embargo, esa no es forma de decir "buenos días" —Sanae asintió lentamente intentando de ocultar sus mejillas sonrojadas—. En fin, es hora de irnos.

—Sí, padre. ¿Cuánto tardaremos?

—Tres días en carruaje —respondió Wolfram.

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—Ya. Se te nota palacio.

—Sí. Bueno, no salgan de aquí hasta que les llame —Haki sonrió nerviosa, era la primera vez que conocería la familia de su padre, mientras Kain sonrió agradecido por darles tiempo de relajarse.

Wolfram entro por la puerta saludando amablemente a cada uno de los empleados

— ¡Wolfram! Has vuelto —la sorpresa dejó a Waltorana atónito

— ¡Tío! ¿Cómo has estado? ¿Y Shin Makoku?

—Bien. Las alianzas que tanto esfuerzo te llevo conseguir, se desboronan. Los makokus pierden tierras. Me pregunto si el maou es lo suficiente apto para llevar el reino solo. ¿En qué estaria pensando esa persona al elejir a ese mestizo como maou?

—Supongo que eso pasa por haber vivido en la tierra sin conocimiento alguno de cómo manejar un reino.

— ¿Vuelve, al reino? —Wolfram lloraba de tristeza y se enjugó las lágrimas. No había llorado delante de sus hijos, no podría dejar que le vieran así, tenía que ser fuerte por ellos, por él, y por el pequeño que estaba en su vientre. — ¿Aun lo amas?

Movió la cabeza en negación

— ¡Yuuri, está en el pasado!

—No es necesario que me mientas.

—No lo hago. Es solo que mi esposo murió hace seis meses, necesitaba desahogarme, pero no podía hacerlo enfrenté de mis hijos y menos es mi estado —dijo Wolfram posando su mano sobre su vientre.

—Hi-hijos —logro completar Waltorana, quien de repente se había puesto muy serio y apretaba los labios e impaciente pregunto: — ¿Cuándo?

—Un mes, solo falta un mes. Se llamara Izana, Izana Wistaria como su padre.

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