Capítulo 5: El Rincón de los Recuerdos

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Una de las esquinas iluminadas es la zona de tinción.

También conocido como: "El Rincón de los Recuerdos".

Principalmente está compuesto por varios recipientes.

Un barril muy grande en cuyo interior sólo se distinguen tonos azules y una fuerte melancolía y tristeza.

Y otros muchos cubos de colores vivos, más pequeños.

En unos se distinguía felicidad, en otros aceptación, en algunos consuelo o también los había de comprensión.

Encima de las cubetas había varias cuerdecitas enganchadas a las paredes, de las que colgaban todo tipo de objetos que habían pasado previamente por los barriles.

En esta zona, todo se impregnada de una profunda plenitud y paz interior.

¿Qué se hace con los recuerdos cuando una persona rota llega al taller?

Este escrito, por ejemplo, fue encontrado en el bolsillo de un pantalón:

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Antes solía pensar que no había nada mejor que un buen café viendo el amanecer.

Pero ahora sé que me equivocaba.

Ahora conozco la excepción.

Te conozco a ti.

Y es que tú estás en el aroma de los granos de café.

En el murmullo de la cafetera.

En el calor de mis labios al comenzar a beber.

En el paisaje que veo por la ventana.

En el viento que mece las hojas del paisaje.

En la luz que entra por la ventana.

Y en el nuevo día.
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Cuando llegó era un recuerdo triste,

por lo que estaba la gran cubeta azul.

Pero al meterlo en uno de los recipientes, salió de color coral.

Y después de dejarlo secar, ya estaba listo para devolverlo a su autor.

Era el mismo recuerdo, solo que ahora significaba admiración y cariño a la persona que se relataba.

Pero sobretodo gratitud, por las cosas buenas que había concedido a su vida.

Como en toda la habitación, la diversidad también reinaba en: "El Rincón de los Recuerdos".

Pero no había solo poemas.

También colgaban pulseras de la amistad, amuletos de la suerte (incluidos calcetines apestosos), estrellas, tarros llenos de brisas marinas y noches de verano, un montón de miradas y sonrisas, cariño de madres y padres o consejos de abuelas.

En definitiva: un montón de muestras de amor.

Historias de amor de todo tipo (amistad, fraternidad, homosexual...) tan increíbles que tan sólo sus protagonistas las comprenderán.

¿Acaso no pasa eso con todas las historias de amor?

Pero todos aquellos recuerdos fueron truncados por la parte oscura del ser humano.

Y ahora tocaba iluminarlos de nuevo.

No podemos deshacernos de nuestros recuerdos.

¿No son los que construyen al ser humano y mantienen sus piezas unidas?

El problema es que a veces nos mantenemos unidos a esas personas.

Que tal vez no nos merecían o no eran conscientes del daño que nos podían ocasionar.

Pero por una razón u otra acabaron lastimándonos.

Sólo hay que dejar ir a esa gente.

Darles las gracias por lo que nos hicieron sentir.

Y volver felices a esos recuerdos.

Porque, ¿quién pierde la memoria por placer?

El arreglador de personas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora