Capítulo 8: Perdón

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Ella ya no sabe si está dolida.

Tras mucho tiempo de dolor incesante.

Decidió optar por la indiferencia.

Que no era la mejor opción.

Pero sí la más rápida.

Y así fue como comenzó a llenar su mente de otras cosas banales.

Hasta que ya no quedó sitio para Él.

Y Ella se hizo un juramento:

No volvería enamorarse de un humano nunca más.

Y es por esto por lo que nuestra especie siempre ha buscado una entidad superior a la nuestra.

Intentando dar un sentido a nuestras vidas.

Por mucho que Ella intentó alejarse de nosotros no lo consiguió.

Éramos su creación.

Su obligación era cuidarnos.

Y a ello siguió dedicando el resto de su vida.

Es una Diosa triste.

Sabe que solo nos acordamos de ella cuando lo estamos pasando mal.

Pero no está rota.

Tuvo que recomponerse a sí misma.

                                 ***

Tal vez hay estas alturas ya lo hayas adivinado.

Nuestro protagonista es la persona que nunca consiguió arreglarse.

Desde luego no es un buen ejemplo.

¿Cómo consigue recomponer a las personas que llegan a su taller?

Es muy sencillo.

La mejor forma de ayudar es ponerte en la piel del otro.

Y desde luego no hay nadie que comprenda mejor a las personas rotas que Él.

¿Sabes qué es lo único que le falta para curarse?

El perdón.

El arreglador de personas se hizo consciente de su error y trató de redimirse.

Pero tal vez era demasiado tarde.

Y el perdón quedó sepultado bajo la ceniza de sus cartas.

Miles de cartas que escribió y sigue redactando constantemente.

Esta es una de las muchas que envío:

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" Mi amada diosa:

Sé bien que todas las generaciones que fueron detrás mía tuvieron algo en común.

El deseo de volar.

Pobrecillos, son tan egoístas como yo lo era.

Ya sabes que uno siempre anhela lo que no tiene.

Lo que quieren es ver tu hermoso mundo desde arriba.

Creyéndose más grandes.

Dueños y señores de todo.

Pero, ¿sabes qué?

Yo no quiero volar.

Me encanta ser como soy.

Porque tú me creaste así.

Y porque en comparación contigo soy una mota de polvo.

Y desde abajo puedo ver mejor tu grandeza y hermosura.

Y puedo recordar porque soy tan pequeño y miserable.

Y te prometo que lo siento de corazón.

Aunque sé que en realidad no lo merezco.

Solo espero que algún día puedas perdonarme."

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