Capítulo III

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Estoy en la sala de la "prestigiosa" mansión Vólkov, sentada en un sillón, en frente mio una pared donde hay una fogata, En la pared está escrito en grande VÓLKOV. El dinero brota en esta familia de eso no queda duda.

Bueno en lo que estaba, estoy sentada en el sillón. Esperando que la señora Ekaterina, traiga un uniforme de mi talla. Seguro serán de estos "clásicos" negro con blanco de las sirvientas.

—Siento la demora señorita Duncan. Aquí esta su uniforme que utilizará los días que trabaje aquí. MARTA! —Termina la oración llamando a una supuesta marta.

—Dígame señora Vólkov en que le puedo servir. —pregunta una mujer pequeña muy bonita con rasgos mexicanos. Si debe ser mexicana!

—Acompañe a la señorita Duncan a su recámara, la recámara que le preparamos a las encargadas de cuidar a Dmitry. —dice Ekaterina con voz demandante pero amable, es una mujer muy elegante. A pesar de que sobrepasa los 50, diría que tiene algunos 55. Es alta y no se ve para nada mal para su edad. Lleva puesto un vestido largo hasta más bajo de las rodillas pegado a su figura, color blanco y unos tacos de punta, color piel. Acompañado de accesorios, unas joyas que de lejos se nota lo caras que deben ser.

—Claro, señorita puede acompañarme. —dice marta caminando por donde vino.

La sigo y llego a su lado

—Señorita, usted es muy linda y se ve enérgica. Esta segura de trabajar para la próxima cabeza de la familia Vólkov. Para Dmitry Vólkov? Es un hombre, igual a su padre. Demasiado frío y casi no habla con nadie, a pesar de ser muy duro con sus empleadas. -me mira de reojo mientras caminamos por la gran mansión.

Me salió medio chismocita la martita

—Quizás te estés preguntando por qué hablo así de mi patrón... —dice parándose para mirarme un rato y seguir el camino. —Ninguna de sus empleadas duran un mes, Les hace la vida imposible para que se vayan, pero no puede vivir sin una, ya que el no tiene tiempo de hacer nada, ya que se toma muy a pecho su trabajo, no le gusta que todo el mundo entre a su habitación, ni a su despacho. Es un hombre muy perfeccionista. Por eso contrata a una persona, para que le tenga todo ordenado y limpio y sea la única persona que toque lo suyo. Hasta ahora ninguna le a caído bien. Espero y usted tenga suerte...— para de hablar cuando llegamos a una puerta blanca.

—Está es su habitación. Por último! no le contestes, ni le faltes al respeto al patrón Dmitry. Tiene un humor bastante horrible y no se, a que tal grado llegaría su estado de ánimo. —dice para dar vuelta y desaparecer por un pasillo.

Me quedo atónita con toda esa información y me quedo pensando como sería aquel hombre.

Suspiro y niego con la cabeza un par de veces, para olvidar cualquier pensamiento.

"este año será difícil" me digo a mi misma, para después entrar a la habitación.

Es linda, demasiado linda. Si esto es una habitación para empleados, que serían de las principales. Yo con una habitación así para mi, en mi casa, estaría más que feliz.

Tiene una cama como las de la realeza, el diseño de la base de cama y espaldar es un color crema con dorado, las almohadas y las sábanas son blancas y cremas, las mesitas de noche están en dorado con blanco y las lamparas crema, un estante en blanco con bastantes libros en una esquina. En la otra esquina hay dos puertas, debe de ser el baño y la otra el closet, las paredes están pintadas de un color crema y unos diseños hechos a pincel de color dorado, dándole un toque delicado. El techo está pintado de blanco, en el lado de los libros, hay un escritorio y una silla de madera color crema claro.

Seduciendo una virgen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora