XII. Nos necesitamos, nos queremos

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Un peli rojo caminaba de noche acompañado de un cabizbajo peli celeste hasta la casa de éste último luego de haberse declarado su cariño bajo los fuegos artificiales y la atenta mirada de una pequeña peli verde, esto último era precisamente lo que no les permitía disfrutar a cabalidad ese momento tan especial.


Karma:


Miraba de reojo a Nagisa de vez en cuando, no salía ninguna palabra de sus labios y su semblante decaído me tenía preocupado pues gracias a todo el tiempo que llevo de conocerlo sé perfectamente lo culpable que se debe sentir por haber roto el corazón de su mejor amiga.

- Nagisa... ya llegamos – rompí el silencio cuando estuvimos frente a su casa.

- Si, lo sé – respondió sin dejar de mirar el piso y con un tono de voz bajo.

- Hey – dije mientras levantaba su cabeza desde el mentón para que me mirara – No te culpes, nadie planeó que las cosas salieran de esta forma – le dije con el tono más comprensivo que pude.

- El no haberlo planeado no quita que me sienta como una basura – me dijo con los ojos vidriosos.

- Pues no tienes por qué sentirte como una basura porque eres la persona más buena y gentil que he conocido – le dije mientras acariciaba su mejilla izquierda con mis dedos – Y sabes que yo no le diría a nadie algo como eso, así que no me hagas volver a repetirlo – finalicé quitando mi mano de su hermoso rostro y desviando la mirada ante el inminente sonrojo.

- Gracias Karma – dijo abrazándome y hundiendo su rostro en mi pecho, mientras sentía pequeños espasmos que daba su cuerpo por intentar detener su llanto.

- Tranquilo – susurré mientras lo atrapaba entre mis brazos – ¿Quieres que te acompañe? – le pregunté.

- No – negó con su cabeza aún en mi pecho para luego separarse lo suficiente como para mirarme a la cara – Mis padres deben estar esperándome ya que les dije que volvería después de las doce de la noche, no quiero que me vean mal y se preocupen, así que planeo entrar y subir lo más rápido que pueda a mi habitación – finalmente se separó por completo de mí mientras secaba las lágrimas traicioneras que aún rodaban por sus mejillas.

- Esta bien – dije un poco apenado, me hubiese encantado acompañarlo, pero si lo pienso bien sería imposible que con los padres de Nagisa en su casa no tuviéramos que responder sobre la salida al parque de diversiones si yo lo acompaño – Bueno, no te preocupes por Kayano chan, yo me pondré en contacto con Dean para averiguar cómo está – le dije depositando un pequeño beso sobre su cabellera.

- Bu...bueno – tartamudeo con un ligero sonrojo ante mi acción y desviando la mirada – Ya deberías irte, no quiero que se te haga más tarde – me dijo esta vez mirándome a los ojos.

- No me pasará nada, recuerda que a pesar de todo era uno de los mejores en la clase – dije guiñándole un ojo para distender el ambiente – aunque debo reconocer que me encanta que te preocupes por mí – acorté la distancia entre nuestros rostros y deposité un tierno beso en sus labios, mentiría si dijera que no quería más, pero era suficiente para no abrumar más de lo necesario al pequeño peli celeste frente a mi o eso creí.

- No dudo de tus capacidades, pero siempre me voy a preocupar por ti – dijo en cuanto separé nuestros labios, para luego tomar mi chaqueta y volver a unirlos esta vez en un beso más apasionado en donde no fue necesario pedir autorización para invadir su boca con mi lengua, pues él tomó la iniciativa. No fue excesivamente duradero, pero me dejó anonadado que tan repentinamente se comportara de esa manera – Buenas noches Karma – fue lo último que dijo mientras caminaba a paso rápido hacia su casa y se perdía por la puerta.

Decisiones de juventud: ¿Podemos confiar en nosotros mismos? (Karma x Nagisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora