Challenge ✦ Jeon Jungkook

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Merecer. Hacerse digno de lo que corresponde, sea recompensa o castigo. Palabra curiosa si me lo preguntan, porque conlleva un juicio, y para mi, todo aquello que implique un juicio carece de verdad absoluta.

Miro mi reflejo en aquel viejo espejo, no sé qué busco en realidad, sabía ya antes de pararme frente a él que es lo que vería.

Merecer, continúa sonando en mi cabeza y me hace dudar de mi misma.

Aliso un poco la camisa azul a cuadros que llevo puesta, le paso mis manos una y otra vez con mis ojos clavados en ella. Deshago los dobleces de mis mangas y procuro rehacerlos de manera delicada, y entretejo mis dedos en mi cabello, intentando domarlo un poco. Porque me digo a mi misma que Seokjin lo merece. Y a mi juicio, él merece más que a mi. Y no puedo evitar suspirar al dar el último vistazo. De haber sabido que mi día terminaría a su lado habría puesto un poco más de esfuerzo en mí esta mañana.

Y mientras me dirijo al mostrador a recoger mis cosas, le sigo dando vueltas al asunto, pues nunca logro definir que es lo que yo merezco, sea recompensa, sea castigo, ¿quién lo decide? él lo ha hecho por mi hoy al aceptar mi propuesta, y a pesar de que se sienta como recompensa por algo que desconozco, las circunstancias me hacen creer que merezco el castigo.

—¡¿Qué carajos?!—Jungkook tiene mi cuaderno de notas en sus manos y se lo quito de un tirón. Mientras él me mira sorprendido y con sus palmas hacia arriba, como si aún lo llevara en ellas— Privacidad.

—¿Cómo pretendes publicar algo algún día si no permites que lo lean?

—Bueno... pues... ¿Por qué no te has ido aún? ¿no tienes clases? —Me observa por largo segundos, y sé que está pensando si volver a insistir en el asunto o darme un descanso por hoy. Y su corta risa me dice que decidió rendirse.

—Ya me iba.

—Okay. Adiós.

—Ya... adiós —Y a pesar de que se despide su cuerpo sigue en la misma posición unos segundos más, provocando que mis cejas se eleven confusas, hasta que gira sobre sus talones. Pero sólo un paso después, está volviendo en mi dirección—. Yu...

—¿Si?

No sé porque está actuando tan extraño, y busco sus ojos que miran el piso, como si rastrearan en él sus palabras. Y después de unos segundos me permite encontrarlos.

—Diviértete.

—Lo haré Jeon, sabes que siempre lo hago.

Su sonrisa se dispersa en sus labios de manera algo falsa, pues sus ovalados ojos no llegan a sentirla, y al final se da la vuelta, y por fin deja el lugar.

Hacerse digno de lo que corresponde, sea recompensa o castigo, ¿De qué soy digna yo?

Sus labios alrededor de la cerámica lucen como una fresa decorando un trago, carnosos, húmedos y de un rojo increíblemente atrayente, que se tiñe apenas de un tono pardo cuando los hunde un poco en su café. Y mis ojos viajan a la mesa rápidamente, cuando veo los suyos notar mi abstracción por su boca.

Mis suposiciones habían sido certeras. Él es inteligente, amable, incluso gracioso de una manera algo particular, y no sé porqué parece pensar lo mismo de mi, pues ha reído bastante desde que nos sentamos aquí, aún cuando no era mi intención que lo hiciera. Cada pregunta que formula o responde genera en mí unos nervios crecientes, porque me siento diminuta frente a él, y porque me confunde el hecho de que se encuentre frente a mi.

—Shin Yujin-

—Sólo Yujin... te he dicho que está bien.

Me sonríe amablemente y siento aquello como una consagración. Como si elevar sus comisuras fuera mi buena acción del día.