Descubrí que es mucho más fácil odiarte que quererte.
Porque hay muchas más razones para odiarte.
Recuerdo que cuando te quería, y la gente me preguntaba porqué, yo no tenía respuesta.
Ahora estoy preparado.
Cuando me pregunten porqué te odio, tengo una lista bastante larga para justificarme.