Aunque no lo quiera admitir, mi pecho sigue doliendo un poco cuando pienso en tu sonrisa.
Y se que sí estuvieras aquí me dirías "la vida sigue".
Lo que es muy triste, porque, tú, que siempre alentabas a los demás para seguir adelante, fuiste la primera en rendirte.
Eso no es un buen ejemplo, ¿o si, Kate?