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MATTEO:

Intenté hablar con Ámbar, pero no me lo permitió. Hice de todo para que me mirará si quiera, pero ella solamente me ignoró durante toda la clase. No quería hablar conmigo, y eso estaba más que claro, y la entiendo. Yo me fui, era obvio qué ella volvería a rehacer su vida, después de todo lo que pasó, era lo más razonable.

Había llegado la hora del almuerzo, todos se apresuraron a salir, yo por mi parte no tomé mucha importancia al salir, de cualquier manera estaría solo. Lo único que miré fue cuando Ámbar se fue, lo más rápido posible. Me ponía algo triste eso, después de todo lo qué vivimos, y ella ahora sólo quiere evitarme, era algo que me dolía.

Caminé hasta la salida del salón,  todos me miraban mientras susurraban cosas, quién lo diría: Después de ser uno de los más populares, estoy aquí, siendo yo, Matteo Balsano. Me senté en una de las mesas que encontré libres, me sorprendí al notar quienes estaban sentados en frente de mí. Era Ámbar, con otros chicos más. Sonreían y platicaban animada mente. Yo en realidad no tenia ganas de nada.

Miraba mi comida, sin la menor intención de comer algo, hasta que levanté mi vista, y la miré. Nuestras miradas chocaron, al principio pensé: A puesto a que hará todo para evitar mi mirada, sin embargo, no fue así. Mantuvimos la mirada por unos minutos, los mejores minutos de mi vida, no se ella, pero yo, sentí como una conexión entre ambos, cuando nuestras miradas chocaron, y se conectaron, volviéndolo perfecto.

Es entonces cuando ella reacciona, y deja de mirarme. Pero antes alguien había llamado su atención, ella lo miro e inmediatamente desvíe mi mirada hacia la persona, era un chico.
Me fije como estuvieron hablando unas cuentas cosas, luego ella lo abrazó, y por último le di un beso, de seguro que era su novio.

—Llamando a tierra Balsano, ¿Estas ahí? — río divertido un chico a mi lado, volteé para ver de quién se trataba no era nada menos que, mi muy amigo Gaston.

—Claro qué estoy. — dije sonriendo ampliamente, él volvió a reír. Mientras se sentaba a un lado mío, y me miraba.

—No parece. — admitió.

—¿Quizás? — dije, poniendo en duda mi respuesta.

—Bueno, ¿por que no avisaste que venías? — cuestionó con él ceño fruncido, reí por su acción.

—No tuve tiempo, ya sabes él viaje y todo. Me mantuvieron algo ocupado. — dije, él me miro con entendimiento, y se acomodó en él lugar.

—Ahora sí, ¿me dirás, por qué esa cara? — cuestionó, alzando ambas cejas. Lo miré dudosamente por unos minutos, pero él era mi único amigo aquí, así que supongo que si. Asentí.

—Si. — dije y él asintió.

—Pues dime. — dijo, mientras esperaba mi respuesta.

—Es...un caso que ya conoces. — dije haciendo nuestra común seña, la cual solíamos utilizar mucho para hablar del tema, sin intentar llamar la atención.

—Oh entiendo. ¿Qué paso con ella? — cuestionó mi amigo.

—Esta muy cambiada, hasta de actitud. Es muy diferente a la Ámbar que conocía, hoy me evitó a toda costa. — dije y él asintió, sorprendido.

—Si ella ha cambiado muvo desde que te fuiste.  — dijo mi amigo, mientras pasaba una mano por su cabello.

—Si, lo noté. — dije, y emite su acción.

—Ya tiene novio. ¿Sabias? — dijo, si tenia las mínimas esperanzas de que ese chico y ella no fuesen nada, Gaston acaba de romperlas todas. Tanto como mi corazón.

Someone like you. [Ámbar & Matteo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora