Adicta a ti. (EDITANDO)

Capitulo 2- "Conociendo a la bestia"

Lorena y yo nos dirigimos hacia las gradas de la cancha para evitar los murmullos.

Se nos pasa el almuerzo hablando tonterías y nos encaminamos hacia la próxima clase.

Espero no encontrarme al desagradable de mi novio Brat Spear que es el capitán del equipo de futbol.

Mencione que soy la capitana del equipo de porristas? Bueno pues lo soy.

Parece que el destino me odia porque de solo entrar al salón de clases lo veo, me está llamando con su mano para que me siente a su lado.

-Anda ve con tu galán yo me siento en otro sitio-me dijo Lorena y le di una mirada asesina y ella se hecho a reír.

-hola mi amorcito- le dije a mi supuesto novio con voz chillona, el me sonrió, me agarro del cuello y me dio un profundo beso metiendo su lengua en mi boca, yo tuve que seguirle la corriente y todos en el salón vitoreaban y se reían, cuando al fin me soltó la boca se volteo y se dio una palmada con su mejor amigo.

Yo sentía tanta vergüenza y desagrado, pero ya estoy acostumbrada a esto, y a que solo me vea como un trofeo.

Esta relación según todos es perfecta y cómo no? Somos los más populares de la escuela, el típico cliché que me da tanto asco.

Luego de ese momento tan embarazoso me senté y tomé las clases.

-cariño quiero que vayas a mi casa hoy- me dijo Brat al oído, ya yo sabía lo que significaba eso.

-vale vamos. -le respondí, sabiendo que me estaba metiendo en la boca del lobo.

Se acabaron las clases y sonó la campana indicándonos que era ya la hora de salida.

-Chicos que pasen un buen día, nos vemos la próxima clase- nos dijo la maestra.

me dirigí al coche de Brat con él a mi lado. Me pego a la puerta del copiloto, halándome por la cintura y me dio un beso, entrando su lengua en mi boca, y yo le seguí el ritmo. Me abrió la puerta y entre abrochando el cinturón de seguridad.

El rodeo su coche y entro, arranco.
Mientras íbamos de camino coloco su mano en mi muslo subiéndola hasta llegar a mis bragas, le agarre la mano y se la retire de un manotazo, este me dio una mirada de desaprobación mientras chasqueaba los dientes.
El pareció entender el hecho de que no quería que me tocara y me dejo en paz, el camino se hizo incómodo y largo, cuando llegamos el me abrió la puerta y entramos a su casa o más bien a su mansión.

Sentí la casa muy silenciosa por lo que le pregunté.

-Brat y tu mama?

-mi familia está de viaje, yo no pude ir con ellos por la preparatoria, pero mejor, así estamos solitos, cariño- me dijo seductoramente mientras me sujeto de la cintura estampándome contra la puerta de la entrada y apoderándose de mis labios, besándolos como si no hubiera un mañana.

-Brat- protesté, a lo que supuse el tomo como un gemido porque siguió besándome la clavícula y esta vez con más entusiasmo bajando por el cuello, devorándome.

-BRAT!!!!- le grite y este no paraba.
Me encamino hasta el mueble y levanto mi vestido hasta la cadera, mientras pasaba sus dedos por mi intimidad, por encima de mis pequeñas bragas, esto fue la gota que derramo mi vaso de paciencia, quería alejarlo.
-Brat DETENTE, no quiero!!!!!!!!- espete gritando y sacando fuerzas para empujarlo lejos de mí.

-Qué diablos te pasa? - me grito él.

-que eres un estúpido, eso pasa- le grite de vuelta, dándole una cachetada que le giro la cara.

Cuando me di cuenta de lo que había hecho quería salir corriendo, temía que me hiciera daño, este giro su cara mirándome con rabia.

Me devolvió la cachetada y me grito que era una zorra, las lágrimas bajaban en cascadas interminables por mis mejillas, perdiéndose en el escote de mi vestido.

Tome mi bolso y Salí corriendo del residencial de lujo donde vive el mal nacido de mi novio.
El salió detrás de mí, logro alcanzarme y agarrar mi muñeca.

-espera, no quise lastimarte, tú lo provocaste. Es tu culpa. –dijo mirándome. Me sentí devaluada al instante en que las palabras salieron de su boca. Me zafé de su agarre como pude y salí disparada dejándolo con la palabra en la boca.

Iba corriendo con lágrimas, y con el corazón en la mano, no me estaba percatando de nada a mi alrededor, cuando de pronto unos ruidos de balas me sacan de mi ensoñación y tropiezo con un fornido cuerpo y unos abdominales de infarto, subo mi mirada y me sentí desfallecer, era el hombre más guapo que he visto en la historia de mi existencia, mandíbula definida pero no exagerada, el cabello castaño y sedoso recargado en su frente, barba de hace unos días.

Sus ojos azules me miraban tan penetrantes que me amedrenté y di un paso hacia atrás, mientras temblaba al ver que tenía una pistola en la mano. Este hombre parecía de algunos 29 años.
De pronto se escucharon disparos, el dios griego que tenía enfrente me jalo de la muñeca hacia el suelo y me coloco detrás de él, atrás de la puerta del coche, mientras disparaba en contra de los autos que estaban enfrente de nosotros.

-Jefe entre al auto rápido, y váyase de aquí antes de que esto se ponga feo.- le grito un hombre, y yo solo veía todos sus movimientos.

Quede embelesada viendo como frunce la frente mostrando preocupación, y sus brazos (fuertes) se tensaban.

Me jalo, haciendo que saliera de mis pensamientos y me entro por el asiento delantero, pasándome a la fuerza al copiloto, mientras yo forcejeaba llena de miedo, e histérica.

-ahh, suéltame, no eres nadie para zarandearme de esa manera, igualado, te voy a demandar por insolente- le grite con voz chillona sacando mi fiera interior.

-cállate y ponte el cinturón- me dijo fulminándome con la mirada y con los dientes apretados.

Lo miré y me dirigió una mirada autoritaria y que no aceptaba replicas. Tuve miedo y por una vez en mi vida me mantuve callada e hice lo que me pidió.
Acelero más el auto, solté un grito por la impresión.

-que fue gatita, ya te quedas callada??- me dijo con voz juguetona y fría. Mi rabia fue mayor, pero no puedo ocultar lo mucho que me encendía su voz tan arrogante y ronca.