Un día con Stuart

29 3 0
                                    

Cansado. Abrumado. Hartó. Tenso. Ansioso. Ansioso. Así me siento, no tengo problema para lidiar con eso. Ansiedad, le llaman por ahí. "Tal vez ella se moleste", pienso, osea, a quien le importa si lo hago o no, "¿A ella le importará?". Solo pienso en ella, es que es tan hermosa, su cuerpo, su rostro, su forma de actuar y pensar, es como si fuera una diosa, es como si fuera la definición de perfección, tan hermosa, tan sencilla, tan simple, solo es sencillamente perfecta.

-La una de la mañana, ¿Tan rápido?-suspire- bien...uff.

Es que...solo la quiero a ella.

Me levanté y busque una caja de cigarros, "me gustaría dejarlo" pero, es que es tan inevitable, es un vicio inevitable. Salí por la ventana y me senté en el techo de la casa. Tal vez para dejarlo solo necesitaba alguien que me diera una razón con sentido.

Escuchaba los grillos y veía las luciérnagas volar a mi alrededor mientras veía el humo irse. Escuché como alguien estaba subiendo por el techo, "es mamá", como no saber qué es ella, mamá siempre se levanta a esta hora para hablar conmigo, me agradaba su compañía.

-Hola cariño-me acaricio la cabeza con sus pequeñas y delgadas manos-¿Otra vez, Stuart?, Sabes que lo tienes que dejar, te va a matar.

-Lo se, es que es algo que no puedo dejar tan facil- apague el cigarro y lo tiré.

-Se que no es fácil, pero lo tienes que intentar, no lo hagas por mí, hazlo por ti, por tu salud, solo piénsalo, si mueres ¿Qué pasará con esa chica que tanto te gusta? ¿La dejarías sola?...¿Solo por tu estupido vicio?, Dime, ¿Qué le dirás al psicólogo?.

-Le diré que no lo quiero dejar y ya está.

-Stuart- estaba sería- a ver...¿Qué pasa si... Bayolet...se llega a enterar que fumas?....¿Crees que estaría contigo?.

-No se, pero si quiere estar conmigo tiene que aceptar mis defectos.

-¿Crees que a ella le gustaría que fumaras?...vas a morir joven si no lo dejas.

-Tal vez, tal vez no, tal vez dure bastante tiempo así.

-No te voy a insistir más, Stuart, solo piénsalo- se levantó y se fue.

Probablemente a Bayolet no le gustaría que fumara, tal vez ella es la razón por lo cual debería intentar dejarlo, tal vez ella sea mi motivo para dejarlo, solo debo intentarlo.

Llegue a la escuela, estaban Juan y Luisa jugando ajedrez. Solo me senté a leer un libro y esperar a que Bayolet llegará.

-¡Mierda! ¿Como le haces, Juan? Eres muy bueno-escuche a Luisa hablar con Juan.

-Solo tienes que darte la oportunidad de pensar bien, es más fácil de lo que crees.

-Supongo-me quede mirándolos hasta que Luisa volteó a mirarme-hola Stuart, no te vi llegar.

-Lo se, no te preocupes-la mire por unos segundos de pies a cabeza, pero no encontraba nada en ella que me gustará, no era competencia contra Bayolet-¿Puedo hablar contigo un momento?

-Claro- se acercó a mi-dime ¿De que quieres hablar?-Juan se levantó y salió del aula de clase.

-¿Podrías hablarme un poco de Bayolet?, Me gustaría saber un poco más de ella.

-Pues claro, ¿Qué quieres saber?

-No lo sé, cuéntamelo todo.

-Bayolet Evergarden.

-¿Hu?- creo que en ese momento me estaba nombrando su apellido pero, no la capte.

-Asi se llama, Bayolet Evergarden. Mira, Bayolet es...una chica que tiene una vida dura, si quieres saber algo, ella no es peliroja, es solo una peluca.

Tú y solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora