Tú eres mí razón

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Entre en la casa, no había nadie, solo estaba yo, pero eso era bueno, podía descansar un poco. Me senté en el suelo frío arrecostando me contra la pared y empecé a mirar a mi alrededor y me di cuenta de que no quería estar sola.

-Probablemente ya se haya ido-apreté mis ojos y labios-¿O tal vez no?- me levanté rápidamente y salí para ver si Stuart todavía andaba por ahí, pero no lo veía por ningún lado y volví a entrar en la casa.

Estaba en la bañera, ya llevaba más de media hora ahí metida, pero no quería salir. Estaba en silencio hasta que escuché mi teléfono sonar, lo tome y conteste rápidamente.

-¿Si? Hola.
-Hola, Bayolet...jaja-era Stuart, no sé porque pero, mi corazón comenzó a latir rápidamente-¿Cómo estás?
-Estoy muy bien ¿Y tu que tal?-estaba muy emocionada.
-Excelente...más ahora que hablo contigo-sentí como se me hervía la sangre-¿Te gustaría salir?...es que quiero hablar algo contigo.
-¡Claro!...digo, si como no-me sentí tonta.
-Pero...quiero ver cómo eres realmente.
-¿A qué te refieres?
-No quiero ver cosas artificiales en ti, Bayolet, quiero verte tal y como eres-¿Quién pudo haberle dicho?-¿Vale?
-Si...claro.
-te recojo en quince minutos, nos vemos-tan rápido como colgó salí de la bañera.

Solo miraba mi armario, no sabía que ponerme.

-Vamos, Bayolet, son solo quince minutos, piensa-mire un vestido negro que hace mucho no me ponía, así que lo saque del armario y lo convine con unas medias negras y tenis blancos. Entre al baño y me puse frente al espejo, tenía que hacerlo pero no quería-Muy bien, aquí voy-me retire el cabello corto rojizo que tenía y dejé caer me largo cabello marrón que alcanzaba mis caderas-A crecido demasiado-me cepille un poco el cabello y me rosie perfume. Bajé a la sala y escuché el timbre, corrí rápidamente a la puerta.

-Hola, Bayolet-estaba vestido con un traje negro un poco formal-te ves hermosa.
-Amm...gracias-no pude evitar poner los ojos en blanco.
-No seas mal educada-me dió una sonrisa tan coqueta que sentí como mi cuerpo entraba en calor, sentí como si me estuviera quemando.
-Lo siento-se acercó a mí y me dió una margarita seguido de un beso en la mejilla.
-No te disculpes, yo también lo hago, solo quiero vacilar contigo, es todo...me encanta cuando te sonrojas.
-¿¡Que!?-no pude evitar cubrir mi rostro con mis manos.
-¿Ya te dije que tienes un cabello hermoso?...me encantan las chicas de cabello oscuro y largo, aún que con el cabello corto y rojizo también te ves muy linda-cubrí mi rostro con más fuerza-hey...déjame ver tu rostro-sentí como me retiraba las manos del rostro mientras acariciaba mi cabello.
-Mejor vamos, ¿Te parece?- le dije retirándome un poco.

Habíamos ido a un restaurante, al salir nos dirigimos al parque y nos sentamos al lado del río.

-Me gustaría saber más de ti, ¿Puedes contarme?
-Amm....yo no...no me gusta hablar de mis cosas.
-Bien, no te voy a obligar, solo quería conocerte mejor, pero si no me quieres contar no pasa nada.
-¡Bien! ¿Que quieres saber?-le conteste poniendo mis manos sobre su pierna derecha. Al ver que se sonrojo retire mis manos-lo siento.
-No te preocupes-dijo y puso su mano sobre mi rodilla. Sentí mi rostro caliente y al instante la retiro-¿Porque una chica tan linda como tú puede ocultar su esencia?
-Ay...pues no lo sé, deberías preguntarse lo a una chica linda.
-Ya lo estoy haciendo.
-Amm...yo...
-Solo olvídalo-se mostró un poco frío. Me quedé en silencio y me senté mirando hacia el frente, supuse que le había molestado mi respuesta, pues...¿a quien no le va a molestar mi respuesta? Especialmente cuando es indiferente, tal vez solo le molestó a todos, tal vez yo solo fui un accidente tal como dice mi padre, pero que más da, ¿A quien le interesa escucharme?, Ni yo misma me tolero a veces.
-Hmm....-solté un suspiro largo.
-oye, ¿Que pasa?...no te quedes callada, si te molesto lo que dije házmelo saber, pero no te quedes en silencio...me gusta escuchar tu suave voz.
-No te preocupes, estoy bien, no es tu culpa que sea pesimista.
-Tu no eres pesimista, solo eres tímida y te da miedo mostrar lo que en verdad eres-puso sus manos sobre mis brazos y comenzó a apretar un poco-quiero que sepas lo mucho que me importas-y se acerco-se que solo ha pasado un mes y medio desde que nos conocimos pero...-y se acerco-me he enamorado de ti, de tu rostro lindo e inocente, de tu manera de expresarte, de esa forma tan tierna de actuar y responder, me enamoré de todo tú ser-se acercó y comenzó a recorrer mis brazos con sus suaves manos cálidas y grandes-¡Te amo! No sabes cuánto, generas tantas cosas en mi que nunca había sentido antes por ninguna otra chica, por eso y muchas otras cosas, Bayolet Evergarden, yo me doy el tiempo de decir que te amo.
-Jaja...yo...no sé qué decir...yo.
-Dame el privilegio de amarte y hacerte feliz, de complacerte, de la manera que sea, ya sea dándote un poco de placer o provocando mariposas en tu estómago.
-Stuart...yo de verdad no sé qué decirte, solo que no sé si quiero hacer esto.
-Dame una oportunidad, por favor, dame la oportunidad de ser tu novio, tu amigo, tu compañero, el hombre que te acompañe, de ser el padre de tus hijos, tal vez, solo dame una oportunidad, te lo pido desde mi corazón.
-Lo voy a pensar, tal vez, mañana te de una respuesta-estaba muy nerviosa, sentí como si se me fuera a salir el corazón del pecho-por ahora vamos a divertirnos un poco, ¿No crees?.
-Siempre que tú quieras-levante mis hombros y lo tome del brazo.
-Vamos- le sonreí y el me correspondió.

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⏰ Última actualización: Nov 03, 2018 ⏰

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