MENTIRAS

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Era un lugar tan…elegante…me sentía alagada, pero era raro esperar eso de Juan, tal vez era porque siempre hemos Sido muy casuales, solo sabía una cosa, sabía que no quería estar ahí.
-Wow…es…muy dulce de tu parte Juan, pero, la verdad, no pienso entrará ahí, porque mejor no vamos a otro lugar más…casual
-Humm…vale, si quieres
-¿Te molesta algo?
-No, solo que ahorre durante mucho tiempo para invitarte a este lugar-agacho su cabeza, creo que se sentía mal, y creo que debí haber cerrado la boca y guardarme mis comentarios-pero por lo que veo, y siento, sé que no te sentirías cómoda ahí adentro, pero está bien, si quieres ir a otro lugar no pasa nada
-Lo siento, mi intensión no era molestarte con mis estúpidos comentarios
-Tus comentarios no son estúpidos, Bayolet, son importantes, o al menos para mí lo son-lo mire, Vi que estaba un poco apenado, jamás lo había visto de esa manera. Podía ver que estaba extremadamente sonrojado
-Gracias-me acerque a el y lo abrace 
Al final, como siempre, terminamos yendo a un restaurante de comidas rápidas. Jugamos con las papitas e hicimos guerra de comida, aún que, como toda acción tiene una consecuencia, nos echaron del lugar por mala conducta. Fue una tarde muy divertida.
Estábamos en el parque de la ciudad. Dábamos vueltas en su bicicleta por todo el parque, mientras le gritábamos a la gente que se apartará. Todo iba muy bien hasta que freno su bicicleta en seco y me caí de la bicicleta. Solo sentí un severo golpe que recorrió toda mi columna y, cuando abrí los ojos, me vi tendida en el suelo.
-Lo siento, Bayolet, déjame levantarte-poso sus manos debajo de mis brazos y me levanto de un solo empujón- creo que fui muy brusco
-Esta bien, no pasa nada, supongo-me acomodo el cabello con sus manos. Pude ver su rostro de preocupación
-No quería lastimarte, de verdad yo...
-Tranquilo- le puse las manos sobre sus hombros- estoy bien-se me quedó mirando, y después de un rato, muy incómodo, se lanzó para abrazarme
-Te quiero demasiado, Bayolet
-Y yo a ti, Juan, no sabes cuanto- lo abrace con fuerza.
Cuando llegue a casa encontré a mi mamá llorando en la sala mientras hablaba con alguien por el teléfono, probablemente estaba hablando con su hermana, así que me dirigí  silenciosamente hacia las escaleras y pase despacio a mi cuarto. Lance la mochila a una silla y caí en mi cama, me sentía cansada, tanto físicamente como mentalmente, y no por la escuela, si no, por todas esos horribles pensamientos que pasan por mi cabeza y me llenan de melancolía, de dolor, de malos recuerdos y de unas ganas de acabar con todo.
Me cambie y entre al baño. Pude ver mi reflejo, así que me quedé apreciando a esa chica que estaba ahí, “esa chica llamada Bayolet Evergarden, aún que la llaman de una forma un poco más cruel, como “perra” o la “rarita” que odia a todo el mundo, y voy a aclararle algo a esa chica ahora mismo, que ella no odia a todo el mundo, solo que no es una hipócrita y por eso no finge querer a todos cuando no es verdad, por qué no todo el mundo se merece el cariño de ciertas personas, porque esta clase de afectos se ganan con respeto y confianza, y también le voy a aclarar que ella no es ninguna perra, porque ella vale más que cualquier otra cosa, a pesar de que las personas sean crueles y demuestren lo contrario, así que por último voy a decirle a esa chica que…es fuerte…y no tiene porque causarse daño”… pero, como los pensamientos siempre me ganan de que sirve intentar subirme el autoestima, si sólo voy a perder mi tiempo. “Tranquila pequeña princesa” eso es lo que me digo todos los días al mirarme a un espejo, “todo va a estar bien”, probablemente.
Era la hora de darme un baño, así que me quite la ropa y entre en el agua. Espere unos segundos a que mi piel se arrugará como una pasa.
-Ya es hora- saque una navaja de mi ropa y despacio y con cuidado la sumergí junto con mi brazo izquierdo y, bajo el agua, deslice despacio la navaja hasta que el agua se puse de un tono rojo-lo siento- ¿Qué si sentía dolor?, Si, un poco, pero mi piel ya estaba acostumbrada, ya estaba llena de cicatrices, ya no había vuelta atrás-soy una estúpida-y esas horribles voces comenzaron a atormentarme, sentía un ardor por todo mi cuerpo, era inevitable, pero tenía que hacerlo, no podía guardarme todo ese peso encima, o si no, me afectaría mucho más de lo que me afecta, solo quedaba…llorar a solas, o como muchos les dicen “sufrir en silencio”-calmate, Bayolet, ya basta-me sentía agobiada, llena de un dolor incurable.
Me vestí, y basé la bañaré que estaba llena de sangre, y antes de salir del baño, me mire por última vez al espejo, y al verme, sinceramente, no había nada que me gustará, “ojala te mueras”, le susurré y me fui a dormir
Me desperté, escuché un fuerte golpe, mire el reloj y eras las tres de la mañana. Escuchaba que alguien susurraba “por favor, no”, pero no reconocía la voz, hablaba demasiado bajo. De repente escuché otro golpe, esta vez un poco más fuerte, y de repente escuché un grito que me hizo entrar en razón tan rápido que me levanté de un salto de mi cama. Me dirigí a la habitación de mis padres, y como era de esperarlo, la horrible escena estaba en acción, pude ver cómo mi padre golpeaba a mi madre y la tomaba del cabello para amenazarla, pero ya era hora de que yo, como testigo de todo hiciese algo. Bajé rápidamente y tome el bate de béisbol que había dejado un primo hace un mes, y lentamente, sin causar algún ruido, subí las escaleras. Justo en el momento que mi padre levantó su brazo para golpear a mi mamá entre rápidamente y le golpee en las piernas provocando que callera al suelo. Sé que estaba mal, pero, me sentí también en ese momento, que sentí ganas de golpearlo tantas veces pudiera, y cuando lo iba a volver a hacer, mi padre se levantó rápidamente y me golpeó. Me mantuve de pie, pero a cambio sentí como mi padre me agarraba del cabello, y cuando menos me lo espere, me lanzo contra el ventanal de la habitación provocando que el vidrio se rompiera.
-Maldita estúpida, ¿Cuántas veces te tengo que recordar que no te metas en mis asuntos-mientras estaba tendida en el suelo sentí como me pateó en el abdomen para después hacerlo en la cabeza.
Cuando me desperté pude darme cuenta de que estaba bañada en sangre y estaba tendida sobre un charco de sangre. Me levanté, me dolía la cabeza, salí del cuarto y miré el reloj, eran las cinco en punto de la mañana. Mientras bajaba hacia la cocina vi que mi mamá estaba maquillando se frente a un espejo. Cuando me vio a través del espejo volteó a verme y se acercó para abrazarme.
-¿Qué tal dormiste anoche? ¿Descansaste bien?
-¿Es enserio?- me sentí enfadada- después de todo lo que pasó anoche vas a fingir que no sucedió nada, ¿Cómo le haces? Fingir que todo está bien, después de que te dejará un moretón y casi me matara de un golpee, ¿Y haces como si nada?
-Lo se, cariño, pero, tienes que entender que son momentos difíciles, y hay que entender qué tú padre está estresado por su trabajo
-Eso no tiene nada que ver, si tiene que deshacerse de su estrés que lo haga de otra forma, pero que no lo descargué sobre ti, porque tú no tienes la culpa- estaba enojada, frustrada, de que ella lo cubriera incluso después del daño que le causa- sinceramente eres muy tonta, mamá
-Buen día-pude ver a mi padre bajando las escaleras con un gran traje elegante, mientras se acomodaba la corbata. Se acercó a mi mamá-ay cariño, mira cómo estás
-Esta así por tu culpa, idiota-me miro de una forma tan arrogante que me causaba asco, repugnancia
-No te atrevas a faltarme al respeto
-¿Cuál respeto?...ni si quiera te lo has ganado para que te trate como tal
-Pero soy tu padre
-Pues que decepción de padre tengo…machista- le dije con tal odio que hasta le escupí en la cara
-Yo no te críe de esta manera, jovencita
-Te recuerdo que la que me crío fue mi tía y no tu…
-¡Cállate!
-¡A mí no me grites, maldito idiota!-tenia tanta rabia que sentía como mis ojos se humedecían-¡Tú no tienes ningún derecho a callarme, nadie lo tiene!-sentí como su mano golpeó mi cara
-¡Soy tu padre, y la autoridad de esta casa!
-Jajaja…¿Autoridad?- me causo tanta gracia escucharlo decir eso, se veía tan ridículo-tu…no tienes ninguna autoridad en esta casa…hace mucho perdiste ese lugar
-Te voy a decir algo…tu tía…hizo un pésimo trabajo al criarte
-Yo también te voy a decir algo…la vida…tuvo el gran error de crearte-le sonreí, me sentía tan poderosa en ese momento, como si fuera la reina de algún pequeño pueblo en una montaña
-¿Sabes que voy a hacer contigo?-me tomo de los hombros con tal fuerza que no podía moverme-te voy a dar una lección-tomo mi cabeza y la golpeó contra el muro dejándola manchada de sangre
-jajajajajajajajaja- sentí dolor pero, era estúpido- te ves ridículo-lo mire, y le escupí sangre en la cara- yo te voy a enseñar que es golpear a alguien de verdad-lo tome de los hombros, lo agache con todas mis fuerzas y lo golpee en la entrepierna dejándolo caer al suelo, mientras, veía tan satisfactoriamente cómo se retorcía del dolor-ahí tienes tú merecido-me agache a verlo y le susurre- se le llama karma… padre...jaja.
Llegue a la escuela, iba con la cabeza baja, estaba completamente golpeada, y por tal razón, nadie tenía que darse cuenta de eso. Pasaba por el pasillo con un paso ligero, quería entrar al aula de clase, y así, poder relajarme un poco. Entre rápidamente y me dirigí a mi asiento, puse mi mochila encima de la mesa y me arrecoste sobre ella, de tal forma en la que tapaba mi rostro.
-Hola linda, ¿Cómo estás?-era Juan, intente evadirlo, pero era demasiado intenso-¿Por qué no contestas? ¿Hice algo que te molestará? ¿Estás de mal humor por algo?...si te pasa algo sabes que puedes contar conmigo…hey…hermosa
-¡Lárgate Juan, quiero estar sola!- me levanté de golpe, y literal, lo mandé a la mierda-vete, no quiero ver tú horrible rostro hoy-se me quedó mirando un rato, como analizando me
-¿Qué mierda te pasó en la cara, Bayolet?
-Nada, ahora vete- me senté y me acomode nuevamente.
Voltee mi cabeza un poco para ver a todos mis compañeros. Luisa cómo siempre estaba contándole a todos sus chistes malos que causaban gracia, Juan estaba molestando con otros chicos, Elizabeth estaba arreglándose mientras las otras chicas revisaban sus teléfonos y Stuart…Stuart, estaba leyendo. “Stuart”, ¿Qué?...no sabia su apellido, solo sabía que no podía parar de observarlo, analizaba cada parte de el, su cabello sedoso, lo tenía mejor cuidado que el mío, sus lindos ojos marrones, es como si fuera el chico que todas desean, “es tan lindo”, por fin aceptaba que Stuart era un chico muy atractivo, que llamaba inmediatamente la atención de cualquier chica, hasta la mía. No pude evitar sonreír, me sentía una niña enamorada, de esas que se emboban al ver a ese chico que tanto les gusta. Era inevitable no verlo, me comencé a sentir caliente y estaba temblando de los nervios, quería hablar con el, sentía la necesidad de hablar con el, pero no quería que me viera así, llena de moretones.
-Que estúpido…te haz de ver estúpida, Bayolet- susurré para mí, pero no dejaba de verlo-mírame, por favor mírame, Stuart-y fue como si me hubiera escuchado, porque me miró y al hacerlo me sonrió, pude ver cómo se sonrojaba. Sentía vergüenza, tanta que tome el impulso de esconder mi rostro. Pasaron unos pocos segundos, y cuando menos me lo espere, el ya estaba ahí, sentado enfrente de mi.
-Hola, Bayolet
-¿Hu?....ah…hola, Stuart-trataba de esconder mi rostro lo mejor posible para que no me viera-¿Cómo estás?
-Excelente ahora que hablo contigo-sentí como se me subieron los nervios a la garganta, me sentía caliente, y comencé a sudar
-Emm…ya veo
-¿Estás bien?, Te noto un poco cansada
-Claro, estoy bien, ósea, como no estarlo-pero yo sabía que nada estaba bien, sabía que todo iba de mal en peor
-Mírame, quiero ver tú lindo rostro, por favor-cuando lo mire, pude ver que estaba sonrojado y se notaba que estaba nervioso
-Amm…no lo creo…no puedo
-¿Por qué no? ¿Te molesta que esté aquí?, Si quieres me voy- pude ver cómo se iba levantando, pero no quería quedarme sola
-¡No, no te vallas!-levante mi cabeza para verlo y lo tome del brazo-me agrada hablar contigo-se me quedo viendo, parecía preocupado, asustado, asombrado
-Bayolet
-¿Si?
-¿Qué te pasó en la cara?-me sentí apenada y rápidamente escondí mi rostro
-Nada
-¿Cómo puedes decir que nada al estar llena de moretones?...y aparte te abriste la frente-me tocó una parte de la frente y sentí un ardor fuerte. Tome mi mano y me cubrí la herida
-No fue nada, enserio
-Bayolet…¿Quién te hizo daño?
-Nadie
-Bayolet, por favor dime
-Emm…-me la pensé tres veces, y al final me decidí-fue…fue…fue mi padre
-¿¡Que!?-me tomo del rostro con fuerza-no voy a tolerar que te haga daño
-Tranquilo, no es nada
-¿Cómo que no es nada? Estás llena de moretones, tienes una herida abierta, Bayolet, ¡Por dios!, reacciona, no seas tonta-se veía alterado
-¡Cálmate, idiota!-le tome el rostro-cálmate, yo…estoy bien, ¿Entendiste?-me asintió con la cabeza lentamente
-Prométeme, que si te vuelve a hacer daño…me lo vas a decir, promételo
-L-lo prometo-sentí como lentamente me rodeó con sus brazos, podía sentir su rico perfume, su calor corporal, me sentía segura, por primera vez me sentí segura con un chico.
Estaba caminando por los pasillos, mientras, escuchaba a Luisa que me daba consejos de belleza para deshacerme de los moretones que tenía. Entramos a la cafetería y nos encontramos con Mauricio, el cual nos había guardado espacio en una mesa.
-Hola chicas, ¿Cómo les va hoy?
-A mí me va excelente
-¿Y a ti que tal, Bayolet?
-Supongamos que bien-me mostré un poco indiferente y me encogí de hombros
-Levante la cabeza princesa, se te cae la corona-me levantó el mentón con su mano-¿Qué te pasó en el rostro?
-humm….nada de que preocuparse-ya estaba cansada de que todos me preguntarán lo mismo una y otra y otra y otra vez
-Pues a mi sí me preocupa, princesa, ¿Qué pasó?...dime…somos amigos, estamos en confianza ¿No?
-Si, pero todavía no te tengo la suficiente confianza como para que te enteres de mis problemas personales ¿Sabes?
-¿Y entonces porque con Stuart si? ¿Ha? Dime
-auch…que incomodo…me voy- Luisa se levantó y se marchó de inmediato
-¿Me vas a decir o que?-se veía molesto, me recordaba a mi madre cuando se enfada conmigo
-Porque…tal vez…no me has demostrado que puedo confiar en ti
-Ósea…Estas diciendo que todavía soy un desconocido para ti-lo mire, estaba serio, no demostraba ni una sola expresión
-No lo he dicho yo…pero es algo así
-¿Qué tiene el que no tenga yo?
-Que el no es arrogante y no es un niño de mami
-Jaja…te estás equivocando de persona, Bayolet
-Yo no creo eso
-Tu me importas, Bayolet, demasiado
-¡Mentira!...no te puedo importar del día a la mañana
-¿Sabes que es amor a primera vista?
-Solo los idiotas como tú creen en eso
-¿Y Stuart?...-tenia una sonrisa maleante en su rostro-¿El también es un idiota?-me dejo sin palabras
-Amm…el...no-no sabía que decir
-Esa era la respuesta que quería-me hubiera encantado decirle tantas cosas, pero no quería que alguien más se pusiera en mi contra
-¿Te puedo preguntar algo?
-Claro
-Yo sé que ustedes son primos y todo, pero…¿Te gusta Luisa?
-¿Qué? Claro que no, es mi prima, sé que soy muy cariñoso con ella, pero es porque crecimos juntos
-Ya veo
-¿Por qué? ¿Acaso estás celosa?- le hice mala cara
-¿De que hablas? Es mi mejor amiga
-Pero a veces las cosas pasan así
-Tienes razón…pero esta vez no es así
-¿Te gusta Stuart, verdad?
-¿Qué? Claro que no, Stuart es un buen chico y todo, pero solo lo veo como un amigo
-No parece-intercambiamos miradas- ósea, me refiero a que se nota que te gusta, siempre te pones tensa cuando estás con Ely te ves nerviosa
-No, no me gusta, ya dije, solo lo veo como un amigo
-Vale-se quedó en silencio un momento-oye…emm…la otra semana tengo un partido de basketboll…y me serviría un poco de apoyo ¿Te gustaría ir a verme jugar?
-Si, porque no, no tengo planes
-Genial, entonces nos vemos después. Adiós.

Tú y solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora