Había pasado el día pensando qué debería regalarte y me había ido a dormir aún sin saberlo.
Hoy, al despertarme, noté que alguien había decorado el cielo. Se había tomado la molestia de colocar pequeñas e irregulares manchitas blancas sobre este gran lienzo azul. Un extremo decorado con acuarelas rojizas que se iban difuminando hasta confundirse con el simple fondo, y en el otro, totalmente opuesto, todavía se notaba ese azul concentrado decorado de algunos puntos dorados y plateados por aquí y por allá.
Y entonces lo supe; ese es mi regalo.
ESTÁS LEYENDO
Voces
PoetryLas palabras comenzaron a acumularse en mi garganta, impidiéndome respirar. Fue entonces cuando decidí escupir este par de versos torcidos.